Las primeras aceitunas "dibujan" una buena cosecha
Ahora se miran los olivos y da alegría. Los árboles están verdes, pero muestran una intensidad especial. Si pudieran hablar, seguro que contarían que, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, están bastante fuertes. Es verdad que no han tenido toda el agua que esperaban y tampoco ha llovido de forma homogénea. Hay zonas de la provincia que han tenido casi cien litros más que otras, y eso se nota en el cultivo.

Los niveles de polen bajan. De hecho, lo peor ya ha pasado. Los alérgicos todavía tienen problemas porque aún quedan granos en el ambiente y existen árboles que todavía no dan por concluido el proceso de polinización. No obstante, son los que menos. En Cazorla, en Segura y en Sierra Mágina, aún se ven olivos con flores abiertas, pero son los que menos. La floración ya está prácticamente concluida y la mejor prueba está en los árboles. Cuando se miran las ramas se ve una multitud de minúsculas “bolitas” que se esconden entre las hojas. Son las aceitunas que traerán millones de euros el próximo año en Jaén. Cuantas más haya, mucho mejor para esta tierra, ya que la aceituna se traduce en jornales, empleo, faena, riqueza, aceite, desarrollo y prosperidad para todos los municipios. Pese a que ha llovido poco, los expertos coinciden a la hora de asegurar que el desarrollo vegetativo del árbol ha sido bueno. El agua ha caído del cielo en momentos clave, que han servido para dar de beber al olivar. Asimismo, la falta de cosecha del año pasado hace que el cultivo esté descansado y que muestre fuerza para sacar hacia adelante una buena cosecha.
Las aceitunas son tan pequeñas que todavía no se puede decir que Jaén espera una buena campaña. No obstante, los olivares sí que la empiezan a “dibujar”. Ahora tienen que empezar con el proceso de formación del hueso e iniciar su desarrollo. Todavía queda mucho, pero da felicidad ver así a los árboles. Además, este paisaje tiene un efecto casi milagroso en el estado de ánimo de los jiennenses, que ven el futuro con menos miedo y más felicidad. El presidente de la Sectorial del Aceite de Oliva de Cooperativas Agroalimentarias, Cristóbal Gallego, señala: “La cosecha pinta bien —sin llegar a récord—, pero ahora es el momento de formar el hueso. El cuaje ha sido bueno, pero falta agua. De hecho, existe diferencia entre las fincas que tienen riego y las que son de secano”. Por otro lado, el secretario general de COAG, Juan Luis Ávila, coincide: “No tendremos una campaña como la de hace dos años, pero se ve con optimismo. Los olivares de secano están algo peor, pero las perspectivas son ilusionantes”.