Las medidas contra agresiones al personal del SAS no “cuajan”

En los momentos más despiadados de la crisis se disparó el número de ataques a los trabajadores de los centros de salud de Jaén. En 2010 se denunciaron 119, frente a los 60 de 2007 (según datos del Registro Informatizado de Agresiones del Servicio Andaluz de Salud, SAS). Tras las protestas se intervino con medidas como los timbres antipánico.

31 may 2014 / 22:00 H.

Según un estudio sobre la evolución de las agresiones a personal del SASelaborado por la Federación de Sanidad de CCOOAndalucía con datos de este mismo registro, el aumento está en relación “con el deterioro de la calidad asistencial derivado de los primeros recortes”. El mismo estudio muestra que, a fecha de hoy, ni siquiera se ha conseguido llegar a las cifras anteriores a la recesión. En Jaén son las mismas:en 2013 hubo 60 agresiones. Otra manera de leer estos datos es que el 6,92% del personal del SASen Jaén fue objeto de algún tipo de ataque, un porcentaje similar al de la comunidad andaluza.
Carlos Hernández, secretario general de Sanidad de CC OO en Jaén, sostiene que la situación es preocupante. Reconoce que las medidas implantadas a raíz del repunte de 2010, como los timbres antipánico, pudieron contribuir a estabilizar un poco la situación, pero no ha dejado de ser una cuestión que, realmente, preocupa al colectivo. Este sindicato mantiene, además, que el 20% de las agresiones ni siquiera se denuncia, por lo que no están registradas.
El responsable del colegio de Enfermería de Jaén, José Francisco Lendínez, coincide con la valoración de CC OO y va más allá: “Las cifras del SAS dejan mucho que desear”. Relata que en la primera semana de marzo hubo tres agresiones en Linares. La segunda, una amenaza de muerte en Úbeda, y en las siguientes se registraron denuncias en Torredelcampo y Mengíbar. “Son datos llegados al colegio, y sabemos que no todos lo hacen”, apunta. Su colectivo es el más afectado: el 30 por ciento de los ataques está dirigido a enfermeras.
También considera que detrás de este tipo de acciones está la falta de recursos humanos, tanto sanitarios como de seguridad y vigilancia. “En 2013 se perdieron 8.000 puestos de personal sanitario, y los pacientes a veces no son atendidos como debieran”. Linares es uno de los puntos en los que más ataques se producen, y más violentos. Aboga por la implementación de servicios de vigilancia y seguridad en el interior de las instalaciones, aunque advierte de que la clave es la implementación de recursos humanos.