Las garrapatas vuelven a las faldas del castillo

Esperanza Calzado / Jaén
Los vecinos de la calle Castillo de Jaén llevan dos semanas “desesperados” porque ya no saben qué hacer para acabar con la plaga de garrapatas que padecen. Temen que las picaduras afecten a los numerosos niños que juegan en la zona. El Ayuntamiento ya ha empezado a intervenir.

    10 may 2009 / 09:40 H.

    Llega el calor y con él la proliferación de algunos insectos o, en este caso, de un arácnido. El año pasado, los vecinos de las faldas del castillo, e incluso algunos del barrio de La Magdalena, se vieron afectados por una plaga de garrapatas. Este, los de la calle Castillo de Jaén se encuentran en la misma situación y reclaman al Ayuntamiento que tome medidas para desinfectar la parte de la vía pública perjudicada.
    Todo comenzó hace dos semanas cuando, al caer la tarde, los residentes en la zona detectaron la presencia de “muchos bichos” en uno de los callejones por el que se accede hasta algunas de las viviendas. Desde entonces, la aparición de garrapatas es cada vez mayor y, ahora mismo, se pueden ver a plena luz del día en las paredes y en el suelo. Intentaron eliminarlas ellos mismos regando la calle con una manguera, pero han vuelto a aparecer.
    La preocupación se incrementó cuando una encontró una en el cuerpo de su hija de pocos meses. Esto los alertó aún más por las posibles consecuencias sanitarias.
    Por eso, los vecinos contactaron con el Ayuntamiento para que les ayude a acabar con la plaga. Lo pusieron en conocimiento de la Policía Local y de los departamentos de Sanidad y Medio Ambiente. El viernes por la tarde, después de saber del caso a través de Diario JAEN, los técnicos municipales se acercaron hasta el lugar para hacer un primer análisis sobre la presencia de los parásitos y determinar si realmente son garrapatas o no. Además, el Servicio de Mantenimiento Urbano municipal realizó una primera fumigación preventiva. En caso de que la presencia del arácnido fuese persistente, se encargará a una empresa especializada que la erradique, según confirmó Medio Ambiente.
    Se pueden encontrar en la hierba, los arbustos o los árboles a la espera de un posible “huésped” al que agarrarse. Una vez que se aferran a uno, se dirigen, normalmente, hacia algún lugar húmedo y oscuro de su cuerpo, como la axila o la ingle. Lo más frecuente es que la picadura no causa ningún daño.