Las familias sin ingresos agotan sus posibilidades

No hay consuelo en los hogares que acumulan años con todos sus miembros en paro, sin posibilidad de entrar a un mercado laboral complejo. Tampoco  alivio en las cifras: el número de familias que no reciben ingresos ha experimentado un incremento respecto a 2013, hasta alcanzar los 768.800 —contra los 736.900 del año pasado—, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada, a finales de abril, por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Existen casos de precariedad en la provincia. Las familias más devastadas por la recesión económica demandan un esfuerzo a las administraciones públicas.

10 may 2014 / 22:00 H.


“Si no me llega el salario social no tendré absolutamente nada”. La oración proviene de padres desesperados que se sienten impotentes ante el transcurrir de los días sin empleo. Un matrimonio que prefiere seguir en el anonimato cuenta que decidió comprarse una vivienda en el barrio de San Felipe. “Entonces, tanto mi marido como yo teníamos trabajo. Ahora ambos estamos parados”, lamenta la mujer. A su esposo se le acabará, en verano, una prestación por desempleo —poco más de 400 euros mensuales—. El problema será aún más dañino cuando deje de cobrar el subsidio, pues paga una hipoteca de 300 euros mensuales. La historia, por desgracia, es recurrente, propia de la crisis. Los efectos de quienes llevan años desempleados tienen una lógica repercusión en sus hijos. Diario JAÉN ha conocido casos de jóvenes que continúan sus estudios universitarios gracias a la ayuda del Ministerio de Educación. “Yo no puedo costearle la carrera a mi hijo. No tengo dinero”, cuenta un pintor, en paro desde finales del año 2008, que no quiere desvelar su identidad.
auxilio. Las familias más mermadas por la recesión se aferran a prestaciones como, por ejemplo, la Renta Activa de Inserción (RAI), una ayuda extraordinaria para personas con gran dificultad para encontrar trabajo y en situación de necesidad. La labor de las organizaciones y los colectivos humanitarios tiene, ahora aún más, un peso decisivo. Tanto es así que representan la única ayuda para los más desfavorecidos. Especialmente dramático es el panorama para las familias que tienen hijos con algún tipo de discapacidad. Ocurre que la cuantía destinada para tal fin acaba por emplearse como “salvavidas”, única fuente de ingresos. Los comentarios optimistas que dan por finalizada la crisis no animan a los parados, que agotan todas las posibilidades para aliviar su economía. “Nos dicen que el desempleo ha bajado. Es mentira”, lamentan.