Las familias compran menos aceite para castigar su precio

Las familias españolas compran menos aceite cuando el litro se vende a más de 3 euros en las estanterías de los supermercados. La consultora Nielsen acaba de publicar un estudio en el que interpreta la bajada del consumo en España, que reflejan todos los indicadores oficiales, como los del Ministerio de Agricultura y de la Consejería de la Junta. Sin embargo, este informe consulta a los consumidores y da una interpretación que va más allá de la frialdad de los datos, que solo revelan una caída en las ventas que corresponde con el auge de la cotización. Para Nielsen, lo que algunos llaman “ajuste de mercado” ante la escasez de zumo de aceituna por la mala cosecha olivarera en Jaén, es un “castigo” de las familias españolas. Este informe, que acaba de ver la luz, afirma que los vaivenes en el precio en el caso del aceite son frecuentes, por lo que los consumidores retienen la compra —se vuelven más ahorrativos— o se cambian a otros productos.

29 may 2015 / 09:51 H.


De ahí que, con los datos oficiales como referencia, asegura que existe una barrera psicológica, que son los 3 euros. Cuando se sobrepasan, las familias españolas “castigan” al aceite de oliva y reducen su consumo, lo que representa una disminución en las ventas. Al sector productor ahora hasta le puede venir bien porque no hay suficiente género para cumplir con la demanda. No obstante, representa un claro indicador para los años sucesivos que indica que, si se quieren vender las cosechas abundantes, hay que bajar de los 3 euros en los supermercados españoles o incrementar las ventas en el extranjero, ya que en la exportación, a diferencia de lo que pasa en España, no se presiona tanto los precios a la baja. De ahí que o se aumentan las partidas fuera de España para mantener un buen nivel de precios dentro o habrá que soportar una cotización a la baja cuando haga falta vender las grandes producciones oleícolas.
Girasol. El estudio de Nielsen asegura que las ventas cayeron un 10% en cuanto se superó la barrera de los 3 euros. Además, aporta un dato bastante significativo. Mientras que las ventas de oliva se recortaron, las de girasol subieron un 4%, lo que refleja que hay familias a las que no les importa cambiarse a otra grasa, pero que la mayoría aguanta con la de la aceituna —el 6%—, lo que se puede adivinar como que se vuelven más ahorrativas ante el aumento de la cotización en la tienda.
Este informe afirma que uno de los comportamientos que el consumidor ha interiorizado durante la crisis es la hipersensibilidad al precio. Lo malo es que la mayoría ve el aceite como un producto “común” para la cocina, lo que hace que esto se acentúe. De ahí la importancia de las campañas de promoción que sirven para ensalzar los valores saludables y culinarios que ofrece esta grasa respecto al resto.
De hecho, el 77% de los consumidores encuestados responde que se fija en el precio cuando compra el aceite de oliva. De hecho, la mayoría, incluso, lo recuerda cuando pasan unos días. Además, el 40% decide la compra en función de la calidad y el precio y no le importa la marca que lo distribuya.