Las caras de Bélmez 2.0
Vídeo.- Doce minutos eternos fueron necesarios para 'probar' que el fenómeno de las caras de Bélmez, la supuesta formación de rostros en dos viviendas del pueblo, tiene cuerda para rato. Fue el tiempo necesario para desprecintar una estancia, en la que, a lo largo de seis meses, se 'han formado rostros', pese haber borrado otros en febrero.
—“¿Sois del periódico? ¿Venís de la casa y han salido más caras?”
—“Sí, supuestamente sí”.
—“¡Ves! Es que hay no hay ni trampa ni cartón, allí pasan cosas”. La conversación, mantenida con dos hombres que dejaron de arreglar un coche para preguntar, es un ejemplo de la expectación que había en Bélmez, el pueblo de las caras, en el que, a las doce y treinta y siete minutos, se desveló el resultado de un “experimento” que tenía a los aficionados de lo paranormal con el alma encogida. Y la respuesta fue “sí”, según dijo Diego Fuentes, presidente del Grupo de Investigaciones Parapsicológicas Bélmez (GIPB). Es decir, el colectivo, a tenor de los resultados, concluyó que, hace seis meses, se enlució una pared “donde había teleplastias” de una habitación del número 7 de la calle Cervantes —allí nació la famosa María Gómez Cámara, la mujer a la que se le atribuye la formación de las caras—, que la estancia ha estado seis meses precintada y que, una vez roto el sello, en el tabique hay, al menos, “siete rostros en formación”.
Los parapsicólogos eran protagonistas del momento, por su alegría y porque había una veintena, los del GIPB más los invitados de la Asociación Parapsicológica Mula, de Murcia, (APM) y otros como el investigador Luis Mariano Fernández. Pero los que mejor explicaron lo ocurrido fueron los personajes aparentemente secundarios. “Se me ha puesto el vello de punta. En cuarenta años no he visto nada igual”, de esta manera, uno de los albañiles que picó la pared de yeso hace seis meses, a un ritmo endiablado, dejó constancia de su sorpresa al ver como el lienzo de yeso, de estar inmaculado, apareció plagado de formas. El herrero del pueblo, Antonio Mañas, con el berrinche que pasó hasta que logró abrir la puerta de la habitación, demostró que allí nadie había podido entrar. La notaria de Huelma, Elena Ramos, atestiguó que, en la pieza de la vivienda, “se había producido un cambio con respecto a hace seis meses”. Al dar fe ayer sobre lo sucedido, firmó la segunda acta notarial de un fenómeno paranormal en España, la primera fue la de Antonio Palacios que, en 1973, en la casa donde aparecieron las primeras caras de Bélmez, en la calle Real, también constató, en una prueba que ayer se imitaba, que reaparecían “teleplastias” borradas. Felipa y Ana Gómez, sobrinas de María propietarias del inmueble donde este enigma reverdece, rompieron a llorar tras la tensa y acalorada espera. “Si es mi tía, que Dios la bendiga”, gritó Ana, satisfecha. José Rodríguez Cámara/Bélmez de la Moraleda