Las atracciones cobran un protagonismo renovado al precio unitario de dos euros
Era el Día del Niño y el ferial, durante la mañana, parecía más un erial yermo que la isla perdida de Neverland. El bullicio del día anterior, que fue festivo porque el Pilar cayó en domingo, se había disipado y, pasado el mediodía, donde están las atracciones o cacharritos, las brigadas de limpieza daban sus últimos retoques para que todo estuviese como una patena más reluciente que la de Cástulo.
Todo era quietud y se empezaba a oír la música de ritmos latinos que sonaban, aquí y allá, como un toque a generala en algunas casetas de comidas.
Mientras tanto, el cielo se abría y se cerraba como un portal abatible con una lluvia intermitente y nubarrones oscuros seguidos de claros. Parecía evidente que ese no sería el mejor ambiente para que irrumpiera la chiquillería en ese momento. Y no lo iba a hacer, entre otras cosas, porque los niños estaban en la escuela.
Hubo que esperar a bien entrada la tarde. El ferial se llenó de chiquillería que, llegada desde los cuatro puntos cardinales, se dirigía a la zona de atracciones. Los niños en los cacharros y los padres sin quitarles ojo compartiendo el disfrute. “Este es el segundo día que bajo con los niños. Los traje el lunes y pienso traerlos el sábado, que también es Día del Niño”. Francisco Pamos, famoso churrero de Jaén, no solo había bajado con sus dos hijos, sino que había traído a seis más de parientes y amigos.
Como comentaba este padre, en esta edición de San Lucas habrá dos Días del Niño en los que las atracciones tendrán un precio unitario de 2 euros, la de ayer y la del próximo sábado, día grande de la feria. Eusebio Contreras García, miembro de la directiva de la Asociación de Feriantes de Jaén, considera que los precios del Día del Niño deberían ser aún más bajos: “Este día lo hicimos los feriantes para que pudieran bajar todos los niños, al menos un día a la feria. Al ser el mismo precio en cada atracción, se puede montar en casi todo. Pero para mi entender este precio es un poquito caro. Se ha puesto a 2 euros y debería haberse quedado en 1,50 por la crisis que hay”. También indica que, de momento, no se está dando bien la feria: “Hoy es un día malo, porque los niños han tenido escuela y ha llovido. Pero para quien no pueda venir hoy puede hacerlo el sábado, día de San Lucas”.
Este feriante de la capital recuerda que el Día del Niño se celebra desde hace una veintena de años. Los que acudieron ayer pudieron elegir entre la cerca de la treintena que hay. Los feriantes que hay este año en el recinto de La Vestida proceden de Sevilla, Extremadura, Valencia y Jaén.
“La feria de Jaén, generalmente, ha sido buena. Hasta el año pasado no ha ido mal pero, en esta edición, los tres días que llevamos han sido de agua”, señala Eusebio Contreras. Para los feriantes los horarios de máxima afluencia de clientes es a partir de las diez de la noche, salvo que se trate del Día del Niño. Entonces, los horarios son más tempraneros. Si cae en festivo, como será el próximo sábado, las atracciones comienzan a funcionar desde el mediodía, y si es laboral, por la tarde. Este año, la música de salsa, en su más amplia acepción, se ha impuesto a las sevillanas, que están algo eclipsadas. Debe ser por lo de renovarse o morir. Esos ritmos sabrosones sonaban también en la zona de cacharritos y lo hacían con todos los decibelios echando humo.