Las aceiteras se protegen porque temen nuevos robos

El robo de 26.000 kilos de aceite de oliva en una fábrica de Sierra Mágina ha funcionado como una señal de alerta. Las cooperativas y las almazaras incrementan la seguridad porque temen que la cisterna de los piratas —que navegó hace unos días por el “mar de olivos”— regrese pronto.

10 oct 2014 / 08:38 H.

“Los robos de aceite son un problemón para el sector. La mayoría de las fábricas ha salido de los cascos urbanos para hacerse más modernas y molestar menos a la población. En cambio, supone un riesgo añadido porque en mitad del campo están menos protegidas”, afirma el presidente de la Federación Española de Fabricantes de Aceite de Oliva y, a la par, de la Confederación de Empresarios de Jaén, Manuel Alfonso Torres.

Además, hay otro factor que funciona para atraer a los ladrones. El aceite de oliva se vende a 2,40 euros por kilo en el mercado a granel, por lo que llevarse una cisterna es lo mismo que robar 60.000 euros, que es el valor que puede tener el producto en el mercado —sin IVA—. “Cuando el aceite vale 1,80 poca gente viene a robar”, añade Manuel Alfonso Torres. La mayoría de las fábricas cuenta con pólizas de aseguradoras que cubren los robos, lo que se convierte en la mejor medida de protección. Sin embargo, el sector se ha “puesto las pilas” para disuadir a las personas que viajan con la cisterna pirata que, de vez en cuando, surca el “mar de olivos”. Algunas aceiteras vuelven a recurrir a la figura del guarda o contratar los servicios de seguridad privada para la noche. Otras tienen caseros, que viven al lado de la almazara —generalmente en sitios que también tienen finca de olivar—. Además, también existen almazareros que, ayer, volvieron a recordar a los vecinos que viven cerca de la fábrica que no cargan camiones por la noche. Por eso, les pidieron que llamen a la Guardia Civil o a ellos mismos si ven un camión cerca de la fábrica a altas horas.

Un robo complejo. Los oleicultores afirman que llevarse el aceite de oliva de una fábrica no es nada sencillo. Primero, hay que saber que queda una partida importante. También se ha de contar con la certeza de que no existen cámaras de vigilancia o cualquier otro sistema de seguridad. Además, se requiere hacer un butrón —agujero— en el lugar exacto y encender la electricidad para que las bombas metan el aceite desde la bodega hasta el camión cisterna. No es fácil.

Por eso, cuando se produce un robo, a muchos le surge la “mosca detrás de la oreja” o, dicho de otro modo, desconfían del entorno más cercano. Para llevarse el aceite, hace falta información. Por eso, la Federación de Fabricantes de Aceite de Oliva recomienda extremar las medidas de precaución y ser prudente a la hora de facilitar pistas. Pero, no solo a las personas que están cerca. También se puede despertar el interés de los amigos de lo ajeno cuando se negocia la venta de una cisterna porque se ofrece información del “stock” que existe en la fábrica.

Robar aceite no es igual que coger un monedero con dinero. Hace falta una labor de intendencia para, luego, introducir la partida en el mercado. El producto requiere una documentación y un lugar donde almacenarlo. No obstante, en las últimas operaciones de la Guardia Civil, quedó bien claro que no hay nada imposible para la cisterna pirata. Incluso, según el relato de Fiscalía, hubo casos en los presuntamente se falsificó la documentación para guardarlo en el Patrimonio Comunal Olivarero.