Lagarto blanco 'Real Haen'
Noventa años cumple el equipo de fútbol de la capital, el Real Jaén. En la actualidad, como muchas otras sociedades anónimas deportivas, camina por el asfalto del procedimiento concursal, cada vez más cerca del peaje de una Junta de Acreedores que lo salve y nos permita cantar el centenario, o bien nos lo mande por debajo de la tercera, o lo que es lo mismo, la real liquidación, que será lo único que nos quede de realeza sino contamos con la adhesión o bendición de los seguro insatisfechos acreedores.
Esta incertidumbre no desvanece la ilusión por la celebración de este cumpleaños y, por este motivo, se ha presentado un himno, que no deja indiferente a ningún espectador. A través de unos restaurados altavoces, la grada escucha las notas flamencas de un himno, al más puro estilo de Arrebato, en el que cantan Jaén, con nuestra “jota” aspirada. Y es que, entre pipas y rasca, he de reconocer que resulta pegadiza la tonada, pero digan lo que digan, eso de “haen” no es muy típico de la “tierra del ronquio”. “Lagarto blanco, ole, ole, mi haen…”. A ver si se anima el público y lo entona con el sabio toque jaenero, porque algunos van a pensar que “Haen” es un municipio entre Paradas y Dos Hermanas. En lo deportivo pinta bien este equipo, que bajo la dirección de Manuel Herrero, el “Guardiola blanco” y de José Jesús Aibar, han formado un gran plantel, que mantiene una excelente regularidad en liga, y han dado la satisfacción a muchos jiennenses, ante la ausencia de pan o aceituna, de poder disfrutar de un buen circo, a modo de eliminatoria copera ante uno de los grandes, el Atlético de Madrid. Igual reconocimiento merece el consejo de administración en coordinación con la administración concursal, que han dotado de sosiego y coherencia a la gestión de este gran club, más grande aún “sociedad”. Salvando las diferencias, por lo que supone para el desarrollo de nuestra provincia, el mundo de la empresa, presenta analogías al de un club deportivo. El trabajo en equipo, la planificación, el liderazgo, la humildad, la confianza y el esfuerzo generan la recompensa, que llega a modo de resultados y taquillas. Corren malos tiempos para el tejido empresarial. Las empresas en la provincia de Jaén necesitan políticas de salvación mucho más eficientes que limosnas de Sevilla en forma de himno. Se necesitan incentivos que generen empleo, e insuflar ese espíritu ganador, que defiende lo suyo, corre la banda, levanta la cabeza, lucha por los balones divididos, y grita “gol”, “canasta”, “punto” o “ensayo”. Se trata de competitividad, y los lagartos blancos de Jaén, no podemos permitir que nos manden a liquidación. Prefiero el utópico “no hay equipo que te venza...”
Rafael Peralta es economista