La Xixarra | Cómo optimizar el frigorífico
Cuando en una noche romántica quieres sorprender con el postre, ahí está. O cuando vienen tus amigos para ver el fútbol a casa, ahí lo tienes para que no te falte de nada. O si no tienes ganas de cocinar, abres una puerta, metes la mano y listo.

Desde que en 1913 se inventó el primer refrigerador doméstico, hemos vivido junto con estas cajas de hielo que siempre nos ayudan cuando estamos hambrientos con sus amplios compartimentos para asegurar que podrán ser llenados las veces que quieras con tus comidas y bebidas favoritas. Esto nos lleva en ocasiones a desorganizarlo un poco cuando nos pasamos con la lista de la compra. Y de la misma manera que es un eficaz instrumento para la cocina, también puede ser una molestia —como cuando dejas al fondo esos yogures y caducan sin tú enterarte—. La mayoría nos guiamos por la comodidad al colocar los alimentos en el frigorífico, pero hay unas nociones básicas con las que optimizaremos el espacio de nuestro refrigerador.
Lo ideal es establecer la temperatura de la nevera a menos de 5 grados. Y aunque se establezca para todo el aparato, el aire frío, al ser más denso que el caliente, tiende a permanecer arriba y el frío tiende a ir hacia abajo, con lo cual, dentro del refrigerador habrá una diferencia de varios grados. Por eso colocaremos las carnes y los pescados en la balda inferior, ya que lo recomendable es tener los alimentos más perecederos en la zona más fría de la nevera.
Muchos frigoríficos tienen incorporados en la zona más baja cajones de plástico que aíslan el frío de la parte inferior. Esta zona es ideal para situar las frutas y verduras, ya que las bajas temperaturas pueden deteriorarlas.
Los yogures, los embutidos, las sobras y todos los productos que nos indican que se mantengan en frío una vez abiertos, deben situarse en las baldas del medio y superiores. Además de conservarse bien, son alimentos que se consumen habitualmente, con lo que los tendremos a la altura de nuestra mano nada más abrir la nevera. Los estantes de la puerta son los menos fríos, por lo que son ideales para colocar las bebidas, la leche, la mantequilla, los huevos y las salsas comerciales como la mayonesa o el ketchup. Tenemos que tener en cuenta también unas normas de uso del aparato. Como no extralimitarnos al meter comida sin dejar ningún hueco libre como si estuviéramos jugando al Tetris.
Hará que no circule el aire bien y la temperatura puede verse afectada. Además no debemos colocar comida caliente en el frigorífico. Es preferible esperar a que baje de temperatura e introducirla después cuando esté más fría. Por último, solo quedaría limpiar el frigorífico cada tres meses para que no se formen placas de hielo en la pared.