La Xixarra | Comer bien en verano es posible

Comer ordenado en verano no es algo fácil. El calor que nos anima a coger alguna comida ligera de la nevera en vez de pararnos a cocinar, el playeo con los chiringuitos que nos hacen comer a las cuatro, o simplemente, que en vacaciones no tenemos un horario preestablecido para comer.

11 ago 2015 / 09:39 H.

Es la relajación merecida de la rutina de invierno que nos hace huir de un desayuno cuando el sol está saliendo. La rutina de los meses de invierno queda atrás, y resulta difícil adjudicar a cada comida del día un horario fijo y concreto. Este descuido de la alimentación puede desembocar también en una fórmula innovadora que juegue con el calor del verano para trasladar los beneficios del desayuno a cualquier hora del día. Así, la receta BReakfast + BRunch + BRinner triunfa como manera de incorporar los nutrientes básicos sin importar la hora del día. Todo esto en inglés suena muy guay. ¿Por qué no hacerle caso? El desayuno no tiene que ser la única comida en la que incluyamos la leche, por ejemplo. Solo tenemos que hacer caso a nuestro apetito y tener cabeza. Si se hacen combinaciones adecuadamente y se adaptan las cantidades y contenidos para seguir manteniendo una dieta equilibrada, podemos aprovechar los beneficios de la primera comida del día y reinventarla gracias a la cantidad de frutas propias del verano.

Según una encuesta elaborada en 2015 por la National Restaurant Association estadounidense, el 70% de la población desearía que en los restaurantes se sirviera desayuno durante todo el día. ¿Por qué será esto así y, en qué consisten las 3 BR y por qué sumarse a la tendencia en verano? En primer lugar está el BReakfast: Las prisas por ponernos en marcha después de levantarnos tarde no deben impedir la realización de la comida más importante del día. En el caso de la playa o la piscina, es esencial contar con el aporte energético adecuado para afrontar tanto el calor como las actividades acuáticas. El BReakfast debe incluir productos lácteos como la leche, alimentos frescos como la fruta, frutos secos y cereales.

Después el BRunch. El almuerzo dominguero estrena temporada veraniega expandiéndose a los siete días de la semana. Este es para los que trasnochen y no renuncian a bajar a la playa en cuanto abren un ojo. Combina el aporte de hidratos y vitamínico (gracias a la acción de los lácteos) del desayuno, sumado a la mayor cantidad de proteínas de una comida saludable.

Y por último, el BRinner. ¿Desayuno para cenar? El 11% de los hogares americanos declararon en 2014, según datos de Mintel, que el clásico tazón de cereales era su cena preferida. Es una manera de realizar una cena sencilla y ligera, y de solventar el problema que supone cocinar recetas más elaboradas estando lejos de casa y sin nuestros instrumentos culinarios habituales. También es una buena opción para compensar las comidas de chiringuito y no desacostumbrar al organismo de su rutina saludable. Hemos de tener en cuenta que el aporte energético a necesitar no es el mismo que al despertarnos; el desayuno que tomemos para cenar deberá modificar las proporciones para no acumular hidratos. El truco del vaso de leche para una digestión ligera es lo mejor. Al volver de fiesta a casa nos comemos de madrugada una hamburguesa de puesto como las buenas ferias mandan. Se trata de extender ese pensamiento al resto del día. Comer lo que apetezca pero con cabeza.