La Vuelta como escaparate de la belleza jiennense desde lo alto
Hay que caer en el tópico para subrayar que la capital jiennense se convirtió ayer en un magnífico escaparate para todo el país gracias a la decimocuarta etapa de la Vuelta Ciclista 2009, que arrancó en Granada y tuvo la meta en el alto de La Pandera. En la parte estrictamente deportiva, el ciclista italiano Damiano Cunego (Lampre) logró su segunda victoria al recorrer los 157 kilómetros de viaje previstos.
El español Alejandro Valverde (Caisse d’Epargne) conserva la camiseta de líder que logró en la novena etapa, con el punto a su favor de que le sacó tres segundos al holandés Robert Gesink (Rabobank), que sigue segundo. Pero es obvio que el deporte de las dos ruedas tiene un importante componente social y ayer pudo verse en el amplio seguimiento que los ciclistas tuvieron a su paso por las céntricas calles de la capital y, después, a lo largo de la difícil subida a La Pandera que, por otra parte, no se producía desde hacía tres años. Los participantes entraron por la Avenida de Granada y pasaron por zonas del Jaén antiguo hasta coger la carretera de Los Villares, con impresionantes vistas desde el helicóptero que proyectaron una perspectiva tan bella como poco común de la ciudad desde el aire. La Catedral se pudo contemplar en toda su majestuosidad, con comentarios de elogio de los propios locutores que retransmitían el paso de la Vuelta por la zona.
Hoy se disputa la decimoquinta etapa con salida desde la capital, para recorrer los 207 kilómetros que separan la ciudad del Santo Reino de su vecina cordobesa. Otra oportunidad para disfrutar en la calle de una modalidad deportiva integrada por auténticos sufridores, deportistas de fondo que se dejan la piel cada día. Un deporte que ilusiona, popular, con figuras que saben ganarse a fuerza de tesón el cariño de los seguidores. Como Beltrán, que pese a las malas noticias de estos últimos días, siempre tiene el calor de sus paisanos jiennenses.