La Virgen de la Capilla ya luce las llaves de “su” ciudad

Con el respaldo de una basílica menor de San Ildefonso sin un hueco libre, la Virgen de la Capilla, patrona y alcaldesa mayor de Jaén, recibió de manos del regidor de la ciudad, José Enrique Fernández de Moya, y en presencia del obispo, Ramón del Hoyo, las llaves simbólicas de la capital “como muestra de un claro y ferviente homenaje por el afecto de miles de jiennenses hacia ella durante estos cinco siglos de salvaguarda de los corazones”, según apuntó el alcalde. De esta forma, a la imagen de la patrona se le concedió un honor que, en la actualidad, solo posee Nuestro Padre Jesús Nazareno, a quien se le entregaron en 2013.

29 mar 2015 / 09:10 H.


“Se trata de una devoción que no ha dejado de latir en nuestros corazones, pues siempre ha intercedido e intercede por todos los jiennenses desde aquella madrugada del sábado 10 al domingo 11 de junio de 1430, cuando se produjo ese milagroso descenso como una luz que deslumbraba a los vecinos que tuvieron la gran fortuna de contemplarla”, describió Fernández de Moya durante su discurso. Aseguró, por otra parte, que esta entrega refleja la “veneración, el simbolismo y sentimiento cristiano de la ciudad hacia su Virgen”. “Desde el Ayuntamiento pretendemos hacer justicia en nombre de la población, con una de las imágenes más queridas por todos, y damos una cumplida respuesta que nos hizo llegar el hermano mayor de la cofradía, Enrique Caro, y que queda escrito en los anales de la historia”, continuó.
La ofrenda, además de un cuadro conmemorativo, consistió en un juego de dos llaves con una simbología característica de la ciudad, que constan de tres partes: cabeza, cuerpo y bocallave. Cada zona superior tiene dos caras, en una de ellas se ve el escudo de Jaén y en otra, la imagen del Santo Rostro. En lo que se refiere a los cuerpos, dos leyendas los adornan: “Ciudad de Jaén” y “Capital del Santo Reino”. Por último, en los pies se observa el Castillo de Santa Catalina. Ambas piezas fueron modeladas, fundidas (plomo, estaño y cinc) y pintadas a mano de forma artesanal. “Simbolizan los agradecimientos de los jiennenses por tener a la Virgen entre nosotros”, concluyó el alcalde.
A continuación, Fernández de Moya entregó las dos llaves simbólicas que, a través del obispo, llegaron a la figura de la “protectora de la ciudad”, para así completar el acto, permitido gracias a un decreto de concesión.