La victoria más amarga
La vida te ofrece contrastes positivos y negativos. Estas sensaciones las vivió en primera persona Valeriano Burgos, un cazador de La Rábita, una pedanía de Alcalá la Real, que ganó el Campeonato de España de Caza con Reclamo, pero que de forma accidental abatió a “Goro”, su perdiz, tras disparar y rebotar un perdigón en una piedra. “Estoy hundido y muy triste, por la muerte de Goro. Lo voy a echar de menos, porque era un reclamo sublime”, dice emocionado Valeriano Burgos, un empresario del sector de la alimentación que tiene como afición la caza. La perdiz la adquirió hace seis años en Alcalá la Real y ahí empezó una relación basada en la compenetración.
La vida te ofrece contrastes positivos y negativos. Estas sensaciones las vivió en primera persona Valeriano Burgos, un cazador de La Rábita, una pedanía de Alcalá la Real, que ganó el Campeonato de España de Caza con Reclamo, pero que de forma accidental abatió a “Goro”, su perdiz, tras disparar y rebotar un perdigón en una piedra. “Estoy hundido y muy triste, por la muerte de Goro. Lo voy a echar de menos, porque era un reclamo sublime”, dice emocionado Valeriano Burgos, un empresario del sector de la alimentación que tiene como afición la caza. La perdiz la adquirió hace seis años en Alcalá la Real y ahí empezó una relación basada en la compenetración.

Entre sollozos, Burgos relata los éxitos obtenidos esta temporada en la que decidió participar en las principales competiciones. Primero ganó, en Guarromán, el Campeonato Provincial, después hizo lo propio en el Campeonato de Andalucía celebrado en Alameda (Málaga), y ahora consiguió el título Nacional en Los Yébenes (Toledo). “Los resultados fueron excelentes, pero nada compensa la pérdida de Goro. Tenía unas cualidades magníficas. Su titeo —cante— era maravilloso y un perfecto reclamo para la pieza”, recuerda el cazador de Alcalá.
La perdiz “Goro” fue la principal atracción del Campeonato de España. Los especialistas de la federación destacan su actuación y la catalogan como “antológica”, pese a las adversas condiciones meteorológicas. “Goro arrancó su repertorio sin demora y alternó una variedad de cantos y sonoridad que eclipsó a todos sus rivales”, afirma Manuel Luna, de la Andaluza. Pero la desgracia llegó en el segundo disparo de su propietario. Un plomo rebotado en una piedra de la plaza terminó con el abatimiento del pájaro del “campo” y del reclamo. La emotividad llegó horas después cuando el dueño de “Goro” conoció la noticia de que había ganado la competición en tierras toledanas. Fue el épico final para la perdiz jiennense.