La unidad como cuestión innegociable y garantía de futuro

El paso puede ser espectacular, si se consigue, porque se pasaría de contar con alrededor de trescientas cooperativas y almazaras dispersas por la provincia, a un centenar, que ya es mucho, pero que supone una drástica reducción a un tercio. La increíble pero cierta atomización del sector oleícola es uno de sus principales puntos negros y gran caballo de batalla en los que la Administración no ha sido capaz, hasta la fecha, de poner orden ni concierto, en vista de  que los propios afectados tampoco son capaces de ponerse de acuerdo, por más que el beneficio sería única y exclusivamente para ellos.

    01 may 2009 / 14:57 H.

    Esa ha sido y es la cuestión pero, parece ser, que ya no seguirá siendo. El problema del descenso del precio del aceite ha sido la cara y la cruz para los olivareros, la cruz por la pérdida del poder adquisitivo al caer en picado el precio en origen, pero por otro lado, en la cara, ha significado un importante punto de inflexión para hacer ver que sólo eliminando la dispersión de la oferta se puede ser fuerte en el mercado y competir hablando a los grandes de tú. 
    La Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca) ha impulsado un plan de integración, que ya se desarrolla en seis municipios de la provincia, que pretende la fusión de las empresas allí donde funciona más de una, circunstancia que se presenta en la gran mayoría de los pueblos jiennenses. Desde Agricultura se apoya explícitamente este plan de choque, de manera que sólo se concederán ayudas a las que se unan a otras más modernas y fuera del casco urbano. Se ha dicho y repetido hasta la saciedad que sólo hay futuro después de 2013 si el sector despierta y se esfuerza por aprovechar las sinergias y crean líneas de actuación conjuntas como estrategia para salir a vender al mundo. La unión no es una opción, debe ser una obligación indiscutible, por más que la tradición pese, y mucho, en el Jaén rural más profundo.