La última ocurrencia de Mas

La última acción política del presidente Artur Mas concita críticas merecidas y ganadas a pulso del resto de fuerzas no independentistas. Que una vez que se ha disuelto el Parlamento ante su necesidad de convocar unas nuevas elecciones autonómicas el próximo 27 de septiembre decida, ahora, convocar a la Diputación Permanente del organismo para “explicar” el motivo de convocatoria es un disparate. Un ardid que solo busca un altavoz más para su campaña electoral, pero esta vez desde sede parlamentaria. Podría aprovechar la coyuntura para dar explicaciones sobre la corrupción en su propio partido. Quizá tenga la necesidad de llevar algo de voz cantante en un proceso que él dirige desde la sombra, o lo que es lo mismo, desde el cuarto puesto de la plataforma de Juntos por el sí, ante los propios varapalos que recibe desde esta formación en la que se integra su partido. En esa eterna huida hacia adelante, en la que continuarán aunque no consigan el respaldo necesario para su proclamación, se enmarcan también las declaraciones del consejero de Presidencia, Francesc Homs, que considera que la autonomía está suspendida de facto. Sus palabras, además de tendenciosas, si se tiene en cuenta el grado de autonomía que tiene el actual modelo autonómico, son peligrosas. No todo vale para enardecer el patriotismo o los votos ante los comicios electorales. Quizá con el paso del tiempo se pueda estudiar el proceso de Convergencia en estos últimos años. Una deriva que provoca, por ejemplo, que su socio en las últimas décadas, Unió, se haya apartado de este camino hacia ninguna parte. Mientras tanto, aunque le pese al actual Ejecutivo catalán, el Gobierno central debe velar por el estricto cumplimiento de las leyes que nos otorgamos todos los españoles.

    30 ago 2015 / 08:38 H.