La travesía de Mancha Real ya es historia
La presidenta de la Junta, la socialista Susana Díaz, lo admitió; dijo que al Gobierno regional le hubiera gustado inaugurar antes los 8,4 kilómetros que se abrieron ayer y que acercan un poco más el final de las obras de la Autovía del Olivar. Justificó el retraso por la crisis económica, que, según sus cálculos, lastró las inversiones públicas en los últimos “siete u ocho años”. Precisamente, ese es el tiempo transcurrido desde que se puso la primera piedra de la denominada Variante Norte de Mancha Real, allá por el 19 de junio de 2007, con la idea era terminar la obra en 30 meses. Aunque, con el plazo ampliamente incumplido, el efecto de la nueva carretera es el mismo: No habrá que atravesar la travesía del polígono de Mancha Real para ir en coche desde Jaén a Úbeda.

Los datos que expuso Ignacio Mocho, de la Agencia de Obra Pública de Andalucía, al frente del proyecto de la autovía en la provincia, justifican la inversión de 35,8 millones (4,2 por kilómetro) para abrir al tráfico este tramo. El número más importante de todos los que sacó a relucir es que, a diario, unos 13.000 vehículos atravesaban la A-316 a su paso por el principal polo industrial mancharrealeño; una vía de doble sentido, con la velocidad limitada hasta a 60 kilómetros por hora, un radar y muchos cruces peligrosos. En resumen, un embudo en la circulación entre la capital y su área metropolitana y La Loma, dos zonas en las que reside más de un tercio de la población de toda la provincia.
Las palabras de Susana Díaz fueron una defensa de la necesidad de destinar fondos de las administraciones para acercar territorios. “Conectamos ciudades y pueblos para dar más oportunidades”, afirmó la presidenta andaluza que lanzó una reflexión: “En un momento como éste, de posible recuperación económica, sabemos que es necesario reactivar nuestras infraestructuras y hacer un esfuerzo inversor”. Avaló la idea con hechos, como el incremento en los presupuestos autonómicos de un 9,8% para obra pública, es decir 3.523 millones de euros en total para las ocho provincias. Del monto global, unos cien millones irán a parar mantener en “perfecto estado” la red viaria autonómica de la que, en sus palabras, “nos sentimos orgullosos”. Eso sí, en la intervención de la “inquilina” del Palacio de San Telmo no hubo referencia expresa a la continuación de las obras de la Autovía del Olivar en el próximo ejercicio. Sí lanzó un recado, que es ya parte de las demandas habituales de Andalucía a Madrid, al exigir al Ejecutivo central la necesidad de dar continuidad a la construcción de la A-32, la autovía entre Linares y Albacete. “Es nuestra salida natural de Jaén hacia el Levante”, argumentó, para apostillar: “Nosotros hemos hecho nuestra parte”. Díaz pronunció su breve discurso ante decenas de alcaldes, consejeros, parlamentarios, diputados provinciales, representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del Gobierno central, empresarios y hasta vecinos de Mancha Real, que lograron hacerse un hueco. “Reitero mi compromiso con este paraíso interior que es Jaén”, les dijo como cierre y antes de dedicar un buen rato a fotografiarse con los muchos que se lo pidieron.
Díaz y el resto de la amplia comitiva fueron los primeros en realizar un recorrido por los casi nueve kilómetros de autovía, abierta al tráfico oficialmente horas más tarde. La carretera, diseñada para un velocidad de 100 kilómetros por hora, presenta innovaciones como un firme diseñado especialmente para evitar acumulaciones de agua; barreras para evitar daños graves a los motoristas y medianas desmontables. La variante no aprovecha absolutamente nada del original trazado de la A-316, lo que obligó a crear un acceso desde de la Autovía del Olivar a Mancha Real de 1,6 kilómetros, incluido, un viaducto de 320 metros. Las vías de servicios y los caminos abiertos para que la nueva vía no interrumpa la circulación entre fincas de olivar y otras explotaciones son más extensos que la propia circunvalación, ya que tienen una longitud total de 9,7 kilómetros. Ha sido necesario un movimiento de tierras de 4,5 millones de metros cúbicos, una cantidad nada desdeñable. Hay señalización turística para informar de la llegada a Jaén y al Parque Natural de Sierra Mágina.