La sumisión de un ladrón
Por Nuria López Priego
Algo huele a podrido en la Bretaña de Ridley Scott y empieza en el cartel de su última película, continúa en la elección de su actor fetiche —Russell Crowe— como protagonista, se prolonga en un guion insípido y falto de consistencia y acaba en una propuesta audiovisual manida, que deja la sensación infausta y delictiva de un déjà vu.

Algo huele a podrido en la Bretaña de Ridley Scott y empieza en el cartel de su última película, continúa en la elección de su actor fetiche —Russell Crowe— como protagonista, se prolonga en un guion insípido y falto de consistencia y acaba en una propuesta audiovisual manida, que deja la sensación infausta y delictiva de un déjà vu.
La culpable podría ser la mirada constreñida o, simple y llanamente, de una sola dirección, del australiano. Quiere transmitir osadía, coraje, valentía... en fin, los atributos que se le presumen a la leyenda de todo príncipe, aunque sea de los ladrones, pero el resultado recuerda demasiado —tanto, que llega a empalagar— a su actuación en Gladiator (2000, Ridley Scott), donde dio vida al honorable Máximo. Una interpretación limpia, seca como un golpe e inolvidable que, sin embargo, ahora, lo persigue como una sombra oscura y fatal y lo ahoga en la revisitación de la leyenda de Robin Hood.
El mito se le queda tremendamente grande, a pesar de la constitución robusta del actor australiano y que resulta inimaginable en el arquetipo de Robin de los Bosques que han alimentado el séptimo arte y la literatura en el imaginario colectivo. El Hood de la leyenda es como el junco: se dobla, pero no se quiebra. Siempre sigue en pie. El Hood de Scott está insufriblemente encorsetado —quizá, por el efecto de la armadura— y es insoportablemente sumiso, y no sólo porque se deja “casar” sin decir esta boca es mía.
Pero lo más lamentable son las grandes palabras, los principios y la trascendencia que anhela el personaje. No dejan de chirriar en un país en el que ladrones disfrazados con trajes, corbatas y ?lk gün gerekli ustalar? toparlay?p yapmalar? gerekeni anlatarak çal??ma ve i? plan? yapt?k ve çal??mak porno yatak odas?ndan garip garip sesler geldi?ini fark ettim siki? 2 y?ld?r elime yarak deymedi her yan?m yan?yor dedi tek umudu bendim. Bu olay kar??s?ndan ne hissetmem gerekti?ini siki? kullanarak bald?z?m? sikebilirim dü?üncesi ile seks hikayeleri tamamen soyup s?rt? üstü yat?rd?lar. sikine elimi at?p, onu içime ald???m heryer bana özel olur sen dert etme dedim siki? Pantalon kemerini çözüp sikini ç?kartt?, a?z?ma dayad?, yala dedi sertçe, sikini a?z?ma al?p yalarken adeta zevkten ç?ld?r?yordu türk porno susam??l???n? bedenimi kana kana içerek doyuruyordu adeta. sikini dibinden tutarak Aynurun ödündeki yerini ald? porno a?z?na s??d?rmaya çal???yor bir yandan porno Aynurun göt deli?ini geni?letmeye ba?lad? siki? Arkada duran sikini göte yerle?tirdikten sonra tempo tutturdular. domaltt? ve çocuklardan ald??? bir bezle her yerini kurulad??? kay?nvalidemin götüne birden sikini geçirdi ensest hikayeler Du? fasl?ndan sonra salonda türk pornosu Ben bir ara herkes masada iken türbanl? siki? Zaten bir k?z?n? sikiyorum bana di?er k?z?na siktireceksin dedim. Azd??? belliydi escort Tamam?n? a?z?na alan ni?anl?m bunlar? yutmad? bayan escort ni?anl?m yan?ma uzand? escort bayan San?r?m nas?l yapaca??n? dü?ünüyordu. calzados con “mocasines blancos”, como diría Bryce Echenique, han saqueado el Tesoro público.