La soledad

Cuando escribimos Soledad en mayúscula, representa a un bello nombre femenino, pero cuando lo ponemos con minúscula es totalmente distinto, y quiere hacer referencia a una porción de tiempo en el espacio donde el ser humano, en determinado momento de la vida, (por diversas circunstancias que no vienen al caso) se halla en situación de soledad, o sea, que todo a su alrededor se compone de vacío; falto de apoyos, de compañía, de alguien con quien hablar…, etcétera

    09 nov 2015 / 11:19 H.


    En ocasiones, es el propio individuo el que decide estar sólo, aunque sea por un corto periodo de tiempo, que nunca viene mal para hablar consigo mismo, sin que ello represente un desvarío mental, pero, existen otras donde la persona, sin pretender ser solitaria, encuentra un vacío existencial en su vida, derivado, por la falta de interés de otros seres humanos cercanos al propio individuo. Si verdaderamente se da el caso de esta circunstancia, sin haberla creado uno mismo, se halla frente a una situación difícil y compleja de solventar… ¿Qué hacer entonces?
    Yo, no soy quien para dar consejos, ni tampoco me siento capacitado para ello, pero, me atrevería a recomendar a toda persona que sienta el filo de la cruel espada de la soledad que, en la medida de lo posible, trate de no sentirse sólo, ya que se posee a uno mismo como principal aliado. Citaré un ejemplo, aunque la situación no sea la misma: cuando estás desempleado, y tratas por todos los medios a tu alcance, de conseguir un empleo, por medio del reparto de currículums, poniendo anuncios en periódicos, corriendo la voz..., etc. quieres, y es normal, que pase el menor tiempo posible sin encontrar trabajo. Te desesperas, hasta que un día se presenta ante ti una oferta laboral que aceptas, y una vez que te encuentras trabajando, te llaman de otra empresa donde habías dejado currículum. Esto, suele ocurrir.
    Pues llevando el ejemplo a la situación de soledad, te recomendaría que dedicaras el tiempo en hacer todo aquello que un día quisiste, y dejaste aparcado a un lado. No le des tanta importancia, aunque para ti la tenga. No te arrincones. Trata de ser tu amigo, y diviértete. Verás que no estás solo, y un buen día, será la soledad la que decida marcharse por falta de apoyos, principalmente, el tuyo. Un abrazo.
    Agustín Ballester Herrero