La segunda desamortización liberal de Arias Cañete
Desde Mancha Real/ José María Morillas Mediano. Conozco e investigo la desamortización liberal de Mendizábal y Madoz en Mancha Real. Actualmente el plantío de olivas de Letraña, la mejor finca de Mancha Real, que pertenecía al Ayuntamiento de Jaén, lo poseen las familias Herrera-Calatrava y otros propietarios, adquirido en la primera desamortización liberal, siendo alcaldes y concejales en distintos periodos liberales de Mancha Real Juan Ildefonso Herrera e Ildefonso Calatrava y Contreras.
Calatrava fue primer teniente alcalde en 1865 y concejal en 1870. Compró, junto a Ildefonso Calatrava y Contreras, el Convento de Carmelitas Descalzos de Mancha Real. En 1875 era propietario de 125 hectáreas de tierra. Veamos su inventario procedente de esta desamortización, comprar tierra a bajos precios de la iglesia y del Estado: 1.- Haza de ruedo del Ayuntamiento de Mancha Real: 49.720 pesetas. 2.- Cortijos: - “Cirueña”, con 600 hectáreas y 21 áreas, comprado de Bienes Nacionales: 118. 211 pesetas. -“Torrechantre” con 395 hectáreas y 7 áreas: de Bienes Nacionales: 31.493 pesetas. -“Barreras” con 468 hectáreas y 33 áreas de Bienes Nacionales: 43.630 pesetas.-Tres hazas del Convento de Carmelitas Descalzos (Espino y Pozo Blanco) con 34 hectáreas y 65 áreas: 7.644 pesetas. De Bienes Nacionales.-“Vista Alegre” con 57 áreas y 39 centiáreas: 5.529 pesetas. Olivares (33 en total): -Además: Lantiscosa, Cerrajón, Malpica, Casarejo, Pájaro, Campiñuela, Arroyosequillo, Rojas, Fuente del Borrego, Moraga, Pedriza, Rosales, Vallermoso, Albercón, Letraña (procedente de los bienes de Propios de Jaén con 111 Ha). Total de los 33 olivares: 237 hectáreas y 63 áreas: 409.358 pesetas. La suma general de su inventario asciende a 1.159.108 pesetas que era el capital más elevado de los investigados en Mancha Real. Esta desamortización generó el desequilibrio territorial de la propiedad bastante pernicioso para las economías domésticas, puesto que dos propietarios se hicieron con casi toda las riqueza agraria de Mancha Real. Generó el odio de clase que acabará manifestado en la guerra civil española, con el grito de la tierra para el que la trabaja. Este es el modelo liberal que intentan implantar otra vez el Partido Popular en Andalucía con el Mendizábal de turno, llamado Arias Cañete. La finca de la Almoraima es el primer intento privatizador de tierra pública en Andalucía, después vendrán otros si el pueblo no los frena en seco. Los terrenos de esta finca constituyen una superficie dedicada a regadíos, agricultura de secano y pastos, caza y senderismo, que reúnen las características propias de una protección medioambiental especial. Pero al ministro Arias Cañete, no le importa nada el Medio Ambiente, lo que le importa es la especulación de estos terrenos, que, supongo, tendrá intereses individuales o de amiguetes en esta operación especulativa, es lo que se denomina “capitalismo de casino depredador”. El ministerio quiere vender y, para hacer más atractiva la operación, tramita ante el Ayuntamiento de Castellar de la Frontera (Cádiz), donde está la finca, un plan para permitir la construcción de un aeródromo, un hotel de lujo y campos de golf o polo, entre otras instalaciones, turismo de ricos y de magnates o mangantes, mientras los pueblos le pasan mal, se empobrecen, a base de los recortes sociales del Partido Popular. Estas infraestructuras especulativas se levantarían en las 1.344 hectáreas de La Almoraima que actualmente no están dentro del parque de Los Alcornocales. Lo que hará la Junta de Andalucía es ampliar el espacio natural y proteger también esa zona, con lo que estarían prohibidas las construcciones apadrinadas por Arias Cañete, el del camarero sirviendo las tostadas con la manteca colorá, y sus amiguetes de casino. Muy bien por la Junta de Andalucía, que no consienta bajo ningún concepto que este nuevo Mendizábal especule con nuestra propiedad, que la Almoraima es nuestra, de todos los andaluces y andaluzas, y si hay que salir a la calle saldremos a la calle, para conservar nuestros bienes, que son de dominio público, esto es, que son inembargables, inalienables e imprescriptibles, siempre serán nuestros, le guste o no Arias Cañete.