La sangre "tira" a pesar de la distancia
Cuando la misma sangre corre por las venas ni siquiera el paso de los años puede hacer que los seres queridos caigan en el olvido. Eso es lo que le ocurre a la familia López Alonso, que, aunque natural de Martos, cuestiones de la vida hacen que muchos de sus integrantes se repartan por diferentes puntos del país e, incluso, del extranjero. Algunos de los primos llevaban más de diez años sin verse, y en otros casos ni se conocían sus hijos. Los que viven en Martos lo comentaban cuando se reencontraron. Debían hacer lo que fuera necesario para quedar todos, aunque fuera por una vez. Y a esa iniciativa le pusieron nombre: la “Primada Internacional Los Pequeños”. Tras meses de conversaciones a través de un grupo que crearon en “whatsapp” pusieron fecha para la “quedada”: el 5 de julio. Un día que siempre será recordado por los López Alonso, puesto que consiguió reunirse la inmensa mayoría de los primos, sus hijos y los padres de estos.

La cita familiar se celebró en el municipio, lo que hizo que muchos de ellos regresaran a sus orígenes. Llegaron personas desde Málaga, Alicante, Madrid e, incluso, Viena (Austria). La jornada, sin duda, resultó inolvidable.
Uno de los organizadores de la “primada”, el marteño Juan de Dios Cózar López, resaltó la ilusión que a todos les hacía volverse a ver y recordar viejos tiempos, además de saber de las vidas de cada uno. “El viernes por la noche hubo una recepción para todos aquellos que llegaron. Tomamos unas cervezas, hablamos e hicimos unas camisetas conmemorativas de esta ‘quedada”, dijo.
Al día siguiente, los participantes —cerca de sesenta adultos y dieciséis niños— disfrutaron de una ruta turística por la ciudad, y muchos vieron la evolución que ha tenido Martos con el paso de los años. “La técnica Ana Cabello nos recibió y realizamos una visita guiada por el patrimonio local.
Comenzamos por el pilar de la Fuente Nueva y terminamos en la Torre del Homenaje”, señaló. Durante varias horas los López pasearon por otros rincones, como las casas de El Hotelito y de Pydasa, el entorno del Ayuntamiento, el monasterio de las reverendas madres trinitarias y Santa Marta. El recorrido por el municipio continuó con un paseo por calles pintorescas que se sitúan detrás del santuario de la Virgen de la Villa. La jornada concluyó con una convivencia en las instalaciones de la Piscina Municipal Bellavista. Las camisetas que llevaban y el buen ambiente que se respiraba atestiguaban que había algo muy importante que celebrar. “Pasamos unas horas muy bonitas en familia. Las nuevas tecnologías han ayudado bastante y esperamos repetir y que el contacto no se pierda nunca”, señaló, para concluir que, durante la comida, también se tuvieron muy presentes a los que, por algún motivo, no pudieron asistir a la cita.