La “resurrección” del Santo Sepulcro
La procesión del Santo Sepulcro estuvo a la altura de su carácter “oficial” y salió, sencilla y hermosa, a enseñarle a Jaén cómo “resucita”, paso a paso, de su particular casi muerte. El colectivo servita se volcó y procuró una cita cofrade inolvidable.

La tristeza y la esperanza convivieron, el Viernes Santo, en el cortejo del Santo Sepulcro. La tristeza, en forma de recuerdo, salió en la comitiva no solo en las lágrimas que lloraron al Señor de cuerpo presente, sino también en las que la congregación vertió al sentir, ese día más que nunca, el elegante vacío dejado por una de sus más ilustres y fieles hermanas, Teresa Gómez Sáenz-Messía, condesa de Humanes, grande de España e “histórica” de la cofradía. A ella, en manos de una de sus hijas, le correspondió el emocionante honor de dar los primeros golpes de llamador.
Así empezó una tarde fúnebre en la que la esperanza también cupo. Y es que a la certeza de la Resurrección como principal motivo de alegría se unió la evidencia de recuperación de un colectivo intervenido que trabaja por regresar al sitio —importante sitio— que siempre tuvo. Lo proclamó la presencia restaurada de su urna funeraria, metáfora hermosísima del amor de los incondicionales de la cofradía de San Juan, que no la dejaron morir cuando agonizaba. Y lo proclamó, asimismo, la inmarcesible belleza de la Dolorosa. Solo por que la ciudad la siga contemplando entre varales merece la pena el más titánico de los esfuerzos. Los suyos, los que le devuelven la tranquilidad, lo saben.
Desde la esforzada partida hasta el recogido regreso, El Santo Sepulcro repitió las mejores líneas del guion escrito por la hermandad en sus más de cuatro siglos de existencia, con momentos únicos que el mundo cofrade jiennense agradeció —el itinerario de sus viejas calles, la vuelta por el Arco de San Lorenzo camino de su iglesia—. No le sobró ni un ápice de voluntad. Y, de faltarle algo, solo la maravillosa escenificación del Calvario puso una nota de ausencia en la Pasión de aquí. Esa que lo quiere, cuanto antes, para volver a serlo del todo.