La república independiente de C’s
Acaban de aterrizar en la política y, con orgullo, se dicen libres de las “mochilas” que —en su opinión— lastran a esos “viejos partidos” de los que quieren diferenciarse. De entrada, no se les pueden reprochar casos de corrupción, ni decisiones de gobierno, porque son tan jóvenes que aún no han probado las mieles del poder y tampoco han echado los dientes.

Pero, en los dos meses que hace desde las elecciones municipales que los catapultó al Ayuntamiento, y en los casi 50 días desde que se constituyó la Corporación Municipal, Ciudadanos (C’s) ya tiene algo en común con esas fuerzas a las que critica: una fractura interna que se magnifica con cada decisión “sin consensuar con la agrupación” que sus ediles toman en cada pleno municipal.
En la sesión extraordinaria del día 15 fue su negativa a las medidas de liquidez para sacar adelante al Ayuntamiento y el voto favorable a la urgencia de un punto que afectaba al personal adscrito al grupo municipal lo que sublevó a un nutrido grupo de afiliados. En el de ayer fue el “escandaloso” rechazo a la creación de una oficina municipal contra los desahucios que, además, llevaban en el programa electoral con el que “vendían” que el cambio llegaría a Jaén de la mano de Ciudadanos. “El problema es que no hay comunicación entre el grupo municipal y la agrupación”, explica un afiliado. “Los concejales creen que se les quiere fiscalizar o quitar protagonismo y no es así. Lo que se pretende es que se den pasos seguros y lo que está ocurriendo es que, con su forma de actuar, están decepcionando a mucha gente que ha trabajado muy activamente.”, dice este militante, que reflexiona: “No se entiende que formemos un partido nuevo para hacer más de lo mismo”. Alrededor de “un 80-85%” de los afiliados al partido de Albert Rivera en la capital rechaza las decisiones de los tres ediles. Y el desencanto es directamente proporcional a un malestar que hunde sus raíces en la negociación de las liberaciones. De hecho, hay militantes y simpatizantes que confiesan “sentir vergüenza” cuando oyen a alguno de los ediles limitar su dedicación al Ayuntamiento y a la ciudad en función del 67% o del 66% que están liberados.
Preguntados al respecto, Iván Martínez y Víctor Santiago negaron el malestar y falta de comunicación. “Se está trabajando por la mañana y por la tarde, aunque no estemos liberados al 100%, porque es necesario para enterarnos de cómo está el Ayuntamiento”, dijo Santiago, que, no obstante, advirtió: “Nadie puede imponer el funcionamiento de un grupo municipal”. Sospechando que las críticas vengan de la facción de antiguos militantes de UPyD, lanzó: “La gente se toma atribuciones que debe dar el partido”. Y concluyó: “Las cosas deben acordarse. No imponerse. El subdelegado territorial [Raimundo Prieto, que llegó a enmendarles la plana en cuanto a las liberaciones] no está en el comité ejecutivo del partido. Quienes tenemos responsabilidad y cargo legal somos los concejales y nos deberían dar cariño”.