La relación “tiempo libre-ocio”

La sociedad actual tiene la ventaja de que dispone de muchos días libres al año, sin contar con los puentes y acueductos que suelen darles la ocasión de disfrutar de unas merecidas jornadas de ocio.
Pero los jóvenes quizás no sepan que no hace mucho tiempo, en la década de los años sesenta, no se disfrutaba de más tiempo de asueto que los domingos, y algunas profesiones, como médicos rurales, ni un solo día al año.
A partir de los setenta, se consigue tener un mes al año con vacaciones pagadas por el Estado. Solo es en los años noventa cuando se implantan los ambulatorios en el medio rural y se consigue una jornada similar al resto de los empleados. En función de este tiempo libre, se puede escoger un destino apropiado para disfrutar de unas merecidas horas de ocio, al principio de la liberación del trabajo, lo que más que se podía hacer es ir de compras a la ciudad más inmediata, y con eso se hacía feliz, generalmente, a la esposa.
Cuando se disponía de un puente, el lugar elegido se alejaba del núcleo de residencia, se podía ir, incluso, al pueblo a ver a la familia, pero la distancia no debería superar los quinientos kilómetros, ida y vuelta, ya que en coche suponía perder uno de los dos días de asueto. En la actualidad, la puesta en marcha del ferrocarril, denominado AVE, ha generado una verdadera revolución. Se puede uno alejar de punta a punta de España en solo tres o cuatro horas, con lo que el tiempo libre es enorme. Hay familias que gracias al AVE, en un fin de semana se han podido trasladar a ver el Museo del Prado o la Giralda de Sevilla y volver a casa descansados, por poner un ejemplo. No digamos aquellas personas amantes del fútbol que pueden ir a ver un partido en cualquier campo y volver a casa en el día.
Todos deberíamos reconocer que el AVE tiene un impacto turístico y cultural muy importante y, además, tenemos que ser solidarios para que todas esas provincias que no disfrutan de este transporte, puedan verse beneficiadas cuanto antes.

    02 jun 2015 / 15:15 H.