La Reina de la Villa sale de su santuario
La Virgen de la Villa salió, ayer por la tarde, de su santuario y bendijo a miles de devotos que, durante todo el día, se acercaron al templo para venerarla. Las 'alumbradoras' destacaron, como es habitual, en la primera procesión de Gloria de la ciudad marteña.

Cada Martes de Pascua, María Santísima de la Villa es venerada por miles de devotos. Cofrades, vecinos y personas llegadas desde distintos puntos de España, que un día se tuvieron que marchar de la ciudad e hicieron una nueva vida en otros lugares, acuden hasta su santuario para rezarle y cantarle. Fue la tónica dominante durante toda la jornada, que comenzó con la tradicional eucaristía, a la que asistieron, además de una multitud de hermanos de la Cofradía de la Virgen de la Villa de Martos, representantes de la hermandad creada en Madrid hace más de cincuenta años para venerarla; la alcaldesa, Sofía Nieto, y miembros de la Corporación Municipal. Muchos aprovecharon, asimismo, para compartir una comida de convivencia con familiares y amigos y para festejar el comienzo de las procesiones de Gloria.
Por otro lado, por la tarde, después de la celebración del triduo, llegó el momento más esperado, en el que una fila infinita de alumbrado —con fieles que portan sus velas en el camino marcado— acompañaron a la Reina de la Villa durante el desfile que, esta vez, como manda la tradición, fue el más corto, ya que el recorrido ampliado solamente se realiza cada cinco años. “La Labradora”, como también se la conoce, salió triunfal de su templo y llegó a asomarse por el mirador en el que se divisa toda la ciudad, entre un incesante repique de campanas y los sones de la Banda de Música Maestro Soler. Los costaleros llevaron en andas la imagen, obra del escultor José Sanjuán, al ritmo de unas interpretaciones más alegres, que dieron muestra del inicio de la Pascua. SILVIA RUIZ DÍAZ / MARTOS