La reencarnación de Adolf Wölfli
Por David Martínez
¿Qué es RallitoX? ¿Quién es RallitoX? ¿Un artista insumiso que entiende los modelos definidos y ha detectado sus falacias? ¿Un creador suficientemente visionario en continuo proceso de búsqueda? ¿Un activista Repolucionariamente Fálico? ¿Un Performer en permanente estado de contradicción?
Por David Martínez¿Qué es RallitoX? ¿Quién es RallitoX? ¿Un artista insumiso que entiende los modelos definidos y ha detectado sus falacias? ¿Un creador suficientemente visionario en continuo proceso de búsqueda? ¿Un activista Repolucionariamente Fálico? ¿Un Performer en permanente estado de contradicción?
Todavía hoy, en vísperas de Art Jaén, nadie lo sabe. Ni siquiera RallitoX. Lo que sí sabemos —lo que sí deberíamos saber ya— es lo que intenta ser; una porción de tierra virgen, “off limits”, donde poder respirar un poco de aire limpio. Una propuesta apolíticamente incorrecta, a la que solo tendrán acceso —bajo su responsabilidad— aquellos que no lleven cencerros, ni tampoco emitan balidos…
Porque esta no es una función para todos, sino para algunos. ¿Reservado el derecho de admisión? Sí. ¿Elitismo? Desde luego: el de la rebeldía y la curiosidad, el de la inocencia y el candor, el de la insolencia, el de la disidencia, el de la desobediencia, el de la resistencia, el de la extravagancia, el de la sorpresa y el de la irreverencia.
Si ya en 1921 Walter Morgenthaler, médico de la Clínica Waldau, se interesó especialmente por la condición y la labor de Adolf Wölfli, llegando a publicar Ein Geisteskranker als Künstler (Un paciente psiquiátrico como artista), lo que a la postre sería su presentación ante el “establishment” artístico, no es menos cierto que, en 2010, The Private Space Books Ed. se atrevió a editar y publicar Manipulated Society, a la sazón la presentación extra-oficial de la obra y milagros del iconoclasta artista RallitoX.
Es por ello por lo que la quinta edición de nuestra Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ArtJaén 2013) tiene el placer, el orgullo y la osadía de presentar, a modo de escaparate y declaración de principios, una espectacular producción que, tal y como Jean Dubuffet concibió, nos haga aceptar, admirar y, quién sabe si entender, el significado, belleza y poesía de lo que algunos eruditos han dado en llamar arte marginal. ¿Es esto Arte?