La realidad de España, sin rabia y sin dolor
A raíz de la movida del señor Jordi Pujol en relación a la evasión de capitales durante 34 años, arden las redes sociales, comunicando las aventuras y desventuras de este desdichado individuo, que lo que siempre hizo, fue mirar por sus intereses y no por los de los catalanes y españoles. Su falta de coherencia se ve reflejada en varias publicaciones, que por esa fecha salieron a la luz, y que ahora vuelven a salir con mucha rabia y odio.
Sus ideas contrapuestas a esa coherencia que debe tener todo político y ser humano, se hace patente en un párrafo de su libro escrito “La inmigración, problema i esperança de Catalunya”. Su sectarismo y su xenofobia a otros distintos, se hace evidente: “El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido, es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado, incapaz de tener un sentido un poco amplio de comunidad. De entrada, constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España. Ya lo he dicho antes, es un hombre destruido y anárquico. Si por la fuerza del número llegase a dominar, destruiría Cataluña”. A este señor desventurado, hay que recordarle, de igual forma que a muchos correligionarios suyos que han inventado una nueva historia, en Cataluña; que los andaluces hemos aportado al conjunto de nuestra Nación mucha más cultura y riqueza de lo que se imagina este supuesto gran intelectual y ex político. Voy a enumerar algunos de los andaluces, emperadores, científicos, literatos, artistas y políticos que han contribuido al engrandecimiento de nuestra cultura: Emperadores como Trajano y Adriano, el filósofo Séneca y el poeta Lucano. El gran músico y compositor Manuel de Falla y políticos como don Nicolás Salmerón, presidente de la primera república y como no olvidar a don Niceto Alcalá Zamora, primer presidente de la segunda república.