La "suerte" de ponerle tres dígitos a la edad
Pepi Galera
Son muy pocos los privilegiados que alcanzan ponerle tres cifras a la edad. Es más, en Jaén, apenas hay setenta “centenarios” entre los seiscientos cincuenta mil habitantes de la provincia. Cada uno tiene su secreto personal de longevidad: poseer una mente sana, las buenas compañías, tomar la vida con humor, comer de todo o no, vivir tranquilamente o mantenerse ocupado. Mientras, la ciencia se empeña en buscar fórmulas para alargar la vida, ellos llegaron a los cien años empujados por el optimismo.
Son muy pocos los privilegiados que alcanzan ponerle tres cifras a la edad. Es más, en Jaén, apenas hay setenta “centenarios” entre los seiscientos cincuenta mil habitantes de la provincia. Cada uno tiene su secreto personal de longevidad: poseer una mente sana, las buenas compañías, tomar la vida con humor, comer de todo o no, vivir tranquilamente o mantenerse ocupado. Mientras, la ciencia se empeña en buscar fórmulas para alargar la vida, ellos llegaron a los cien años empujados por el optimismo.
Alcanzar los cien año supone “arrancarle” veinte años y medio a la esperanza de vida, que está en los 79,5 años. Es vivir una quinta parte más que la mayoría de la gente. Es curioso que Jaén, dentro de Andalucía, es la provincia con más personas longevas. Si se compara con el resto, el número de habitantes con cien o más años, sólo es superada por Málaga y Sevilla que, en cifras globales de población, corren muy por delante de Jaén. Por ejemplo, según el Censo de la Población de España de 2001, del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Jaén había 86 ancianos con más de cien años, dos menos que en Málaga y, cuatro, que en Sevilla. Cuando la población de estas dos provincias superaba el millón doscientos mil y, setecientos mil, respectivamente, frente a los seiscientos mil de Jaén.
Pero esto sólo es presente. Si se habla de futuro, las estimaciones prometen. Según la proyección de población a corto plazo 2008-2018, del Instituto Nacional de Estadística, la cifra de jiennenses de más de 90 años que había hace dos años, se duplicará en 2017. Algo similar ocurrirá con los centenarios, puesto que se prevé que, en 2018, sean más de 165 en toda la provincia. Buenas noticias pues para los nonagenarios.
Pero, al mismo tiempo, mientras que sube la esperanza media de vida, la población envejece. Y este proceso abre el debate: España tiene más de siete millones de personas mayores de 65 años. La tercera edad es ya el 16,6% de la población y, según el informe Impacto del Envejecimiento de la Unión Europea, será el país más envejecido en 2050. El comisario económico europeo, Joaquín Almunia, aseguró que el coste del envejecimiento no será igual para toda la Unión Europea. España figura entre los países donde más aumentará el gasto público en pensiones, lo que supone un 8,4% de la economía del país. El nivel de vida ha cambiado tanto como los hábitos de consumo. Un niño que nace en 2010 tiene una esperanza de vida que ronda los 80 años, muy superior a la de los españoles de comienzos del siglo XX. El grupo de octogenarios crece a una velocidad mayor de la esperada, mientras vemos que la juventud se estanca.
La advertencia se percibe desde hace varios años, un aviso que dejó de mostrar demasiadas señales de alarma con la llegada de inmigrantes. La población extranjera ha frenado las cifras de envejecimiento al incrementar el número de nacimientos y al engrosar la población activa con sus consecuentes contribuciones para el sistema de pensiones. Pero no es suficiente.
En 2020, la generación del “baby boom” llegará a la tercera edad. ¿Seguirá manteniéndose esa autonomía residencial? ¿Seguirán viviendo en su casa en compañía del cónyuge y de hijos no emancipados o tendrán como único hogar una residencia? Son preguntas aún difíciles de responder o pronosticar. Al igual que la cuestión de la estabilidad del sistema de pensiones.
envejecimiento y aceite de oliva. ¿Influye la alimentación en la consecución de la longevidad? Un estudio del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga estudió los hábitos alimentarios de la población de edad avanzada de la provincia de Málaga en lo que a la ingesta de aceite de oliva se refiere, en un trabajo titulado “El aceite de oliva y la población mayor de 60 años en la provincia de Málaga”. De este, se desprendían unas curiosas conclusiones sobre la relación entre envejecimiento y consumo de aceite de oliva. Por ejemplo, la alimentación de las personas mayores de 60 años tanto en la zona rural como en la ciudad se caracteriza por una alta ingesta de aceite de oliva. Estos hallazgos les permitían concluir que la alta ingesta de aceite de oliva, pilar de la dieta mediterránea, puede ser uno de los factores que expliquen la supervivencia de estas personas. Esto en Málaga. ¿Estará relacionado ir a la cabeza en longevidad con el aceite de oliva de Jaén? No se sabe. Lo que sí: Que son pocos los privilegiados de contar un siglo de experiencia.