La pava y el estrés

Los vecinos de Cazalilla volvieron a lanzar la pava desde el campanario con la celebración de San Blas. La cita festiva nos hace tener cada año un singular déjà vu por estas fechas, en las que, casi milimétricamente, se repite la misma secuencia. Así, nos enfrentamos a los mismos argumentos de las asociaciones en defensa de los animales y a la correspondiente apertura de expediente por parte de la autoridad competente, lo que acaba en sanción al municipio, y vuelta a empezar.

    07 feb 2011 / 17:35 H.

    Los cazalilleros cierran filas en torno a la tradición e, incluso, abren una cuenta para abonar la multa por el lanzamiento de la pava. Que conste que estoy contra el maltrato animal, ¿pero acaso esto es maltrato? Y, en caso de serlo, ¿cuál es su gravedad? Me mostraría abiertamente en contra si lo que se tirara desde lo alto de la torre fuera un caballo percherón o una mula torda, que seguro que de esa no salían, ¿pero una pava? Desde que trabajo en esta casa como periodista, el animal jamás ha sufrido daño alguno, ni se ha descoyuntado en la caída, ni ha acabado partida en dos por disputa entre aspirantes a hacerse con tan preciado “galardón”. Se argumenta para prohibir el lanzamiento que el animal sufre estrés… Y nos quedamos más anchos que panchos. De modo que tenemos a padres de familia haciendo cuentas y más cuentas para dar de comer a sus hijos, a personas durmiendo en la calle sin techo bajo el que cobijarse y a miles de personas con la soga al cuello ante la falta de un empleo y vamos nosotros, con nuestro sentido común de Primer Mundo, y nos preocupamos más de si la pava sufre estrés. ¿Acaso no son esas situaciones más estresantes y no se sanciona a nadie por ellas? Tal vez algún día tengamos que constituir la Asociación en Defensa de la Persona.