La pava más feliz
Pocas cosas hay más dañinas que el aburrimiento supino. Porque, se corre el peligro de albergar pensamientos peregrinos de todo tipo, algunos tan absurdos como el de los ecologistas empeñados en que la pava de Cazalilla sufre cuando la tiran del campanario.

En la clase de Biología no debieron enseñarles que tienen alas, será por eso el afán que tienen en demostrar que el animalico se estresa al caer desde lo alto. Señor@s sandías (verdes por fuera y rojas por dentro), eso no es sufrir: el ave planea, dulcemente, flipa como nunca en su vida, hasta que acaba por caer en los brazos de alguno de los muchos que aguardan en la plaza mirando al cielo, esperando a que termine de aterrizar. Este año casi están allí todavía, de lo que tardó en llegar abajo, lo que demuestra que no cae a plomo y, por lógica, es imposible que pueda hacerse daño. No vamos a pretender ahora que recuperen las clases de colegio perdidas, pero el día que un ecologista tenga una rata por mascota, nos creeremos que realmente defienden a los animales. A todos.
Si es que encima luego vive como una reina el resto de su existencia, con la prohibición expresa de comérsela. Ya quisieran semejante privilegio el resto de compañeras de corral.
Si yo lanzara la pava aprovecharía para buscar patrocinador y lucirlo en la camiseta, que esa imagen da todos los años la vuelta al mundo y hay que sacarle un rendimiento. Y esa misma filosofía podían usar los vecinos de Cazalilla, que son capaces de lograr que por San Blas cualquiera sepa dónde está este pequeño pueblo de Jaén. Como promoción y atractivo turístico es inmejorable. Ya podían empapelar de publicidad el campanario, tipo estadio de fútbol, y les serviría para pagar la multa que, dicho sea de paso, lo hacen con gusto. Tanto, que han hecho un fondo común que les da también para pagar otra multa por lanzarla también en agosto, para los emigrantes que vuelven a casa unos días de ese mes durante las fiestas. Todo sea por mantener una tradición sana que no hace daño a nadie. Ni a la pava.
(Publicado en la sección "Si yo fuera" del domingo 13 de febrero de 2011 de Diario JAEN)