La Pasión de Jesucristo se vive con fervor por el centro

La Semana Santa culminó con un viernes en el que el buen tiempo permitió que las tres procesiones de la jornada lucieran con todo su esplendor. La presencia en las calles del casco antiguo de alcalaínos y visitantes fue especialmente significativa en la de la mañana y en la de la tarde noche.

19 abr 2014 / 22:00 H.


El desfile matinal congregó a las hermandades del Gallardete de Jesús, el Ecce-Homo, los Apóstoles y el Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad. Durante alrededor de cuatro horas, la Pasión de Cristo se vivió en la calle a través de los tradicionales pasos en los que participaron personajes como los sayones, el Buen y el Mal Ladrón, el capitán de los judíos o Juillas (Judas Iscariote). Como resulta habitual, el discípulo traidor hizo las delicias de los niños, que lo increparon desde las aceras.
Por lo que respecta a la procesión que unió a las hermandades del Santísimo Cristo de la Salud y de Nuestra Señora de las Angustias, tuvo un realce especial. Hubo un encuentro de las dos imágenes titulares en la confluencia entre las calles Angustias y Veracruz, mientras que se celebró una despedida en el cruce entre Real y Martínez Montañés (Llana). Antes, las cofradías, acompañadas de sus respectivas agrupaciones musicales, mantillas, penitentes y fieles, se adentraron en la Plaza del Ayuntamiento, que quedó a oscuras para dar más realce al momento. Una de las grandes novedades fue que el Cristo salía a costal por primera vez.
Por último, en el desfile del Santo Entierro o del Silencio, la Semana Santa mostró su vertiente de recogimiento, con el único sonido de los redobles de un tambor y de las cadenas que arrastraban algunos penitentes. El sencillo cortejo acompañó al Cristo Yacente y a la Virgen de la Soledad.