La orujera otea un final

Dicho fallo es interpretado de diferente forma por cada una de las partes. Por un lado, la orujera, en una nota de prensa, informa que recurrirá ante el Tribunal Supremo al considerar que el resto de las instalaciones precintadas tampoco contravienen la normativa aplicable y disponen de las licencias y permisos correspondientes. La empresa sostiene que el “indebido precinto de maquinaria y edificaciones solo ha contribuido a acentuar la asfixia económica de la orujera, forzando su permanencia en el mismo emplazamiento y prolongando las posibles molestias a los vecinos de Baeza.
También recuerda que las costas del proceso judicial serán abonadas por ambas partes, “lo cual también contribuirá mermar las arcas municipales con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos de Baeza”. Añade que este fallo obliga al Ayuntamiento a levantar el precinto de una unidad de limpieza de aceituna, la cual, dice, “ha estado más de tres años precintada indebidamente provocando una ralentización de la capacidad productiva de la empresa y un grave deterioro económico”.
ayuntamiento. La interpretación del fallo de la otra parte, el Ayuntamiento, es muy diferente. El alcalde de Baeza, Leocadio Marín, considera que la orujera “ha perdido su recurso en toda su extensión”.
Según el alcalde, el fallo del TSJA “confirma la sentencia” del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Jaén, de fecha 18 de abril de 2012. “Por tanto resuelve a favor del Ayuntamiento de Baeza, excepto en un punto menor, que es el de una línea de limpieza de aceituna”. Asimismo, Leocadio Marín subraya: “La sentencia es un varapalo en toda regla. Había siete instalaciones precintadas o con derecho a precintarlas. Las tres primeras corresponden a la fábrica de aceite, por lo tanto son legalizables sin necesidad de que lo dijeran los tribunales. La 4, 5 y 6 se refieren a la orujera. La única que desestima es la 3, de una línea de aceituna sucia, que es un tema absolutamente menor, para no castigar en costas a la empresa”.
El alcalde insiste que si se lee la sentencia, la orujera “ha perdido en toda su extensión, porque lo estábamos viendo era si podía funcionar o no y con este fallo la orujera no puede funcionar”.
El contencioso se remonta a diciembre de 2010 y enero de 2011 cuando el Ayuntamiento de Baeza promulgó unos decretos de Alcaldía por los que se procedía a suspender y precintar las actividades e instalaciones siguientes: 1- En la fábrica de aceites, una unidad de molino de aceituna y una centrifugadora. 2- Almacén, destinado a almacenamiento de aceite envasado. 3- Una línea de aceituna sucia. 4- Ampliación del troje de almacenamiento de alperujo con capacidad de 16.000 toneladas. 5- Dos unidades de secado de orujo procedente de la molturación de dos fases y una unidad deshuesadora. 6- Siete unidades centrífugas horizontales, una batidora una centrifugadora vertical y tres depósitos de aceite. 7- Una nave de almacenamiento.