La orujera congela la instalación del filtro para reducir humos en Baeza
Un juzgado declara nulo un auto en el que se autorizaba al Ayuntamiento a acceder al domicilio de la propietaria de la orujera de la ciudad. El fallo, que invalida este acto, no entra en su consecuencia, que fue el cierre parcial de las instalaciones. La decisión, eso sí, paraliza la instalación de un prometido filtro que eliminaría los humos de la fábrica.

"Solo caben dos supuestos: o se le da la razón al Ayuntamiento y queda la orujera tal cual está o se le da la razón a la empresa, con lo que se tiene que proceder a levantar precintos, con un grave perjuicio económico". Es la reflexión de Luis Carlos Morillo Molina, representante legal de Oleícola Jaén, la sociedad propietaria de la orujera de la ciudad. La industria genera un centenar de empleos, al tiempo que quejas de los vecinos y, según el Gobierno local, compromete la declaración de Patrimonio de la Humanidad concedida al conjunto renacentista baezano. La reflexión del empresario, plasmada en un comunicado, está acompañada de otra: "queda en suspenso la instalación del filtro de humos que hubiera contribuido a mitigar posibles molestias a los ciudadanos". La instalación del novedoso y costoso sistema fue anunciado, hace un año y tres meses. El Ayuntamiento lo autorizó, pero, el problema de fondo, entonces y ahora, persiste: la batalla judicial que enfrenta a la Administración local y Oleícola Jaén.
Ayer, la compañía, en su nota, difundió el contenido de un auto del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2, que decreta como nulo otro anterior, que da vía libre al Ayuntamiento para acceder al domicilio social. En otro comunicado, el Gobierno local precisa que el dictamen "se retracta sobre la autorización de entrada", aunque, matizan, no se pronuncia sobre lo que conllevó esta "incursión", que fue el precinto de parte de las instalaciones. En este punto, coinciden las dos partes, puesto que se encomiendan al dictamen del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que debe pronunciarse sobre el conflicto interpuesto por la orujera, en contra de la decisión municipal. Esta se materializó hace ya tres años y supuso cerrar provisionalmente dos secaderos y una línea de molturación, entre otras partes de la industria, al no contar con licencia. Oleícola Jaén recurrió y el Ayuntamiento baezano solicitó medidas cautelarísimas mientras se resuelve el pleito, que cuentan con el aval del Alto Tribunal andaluz.
Detrás de todo, está el interés municipal, sostenido desde hace años y por varios alcaldes, de alejar la extractora de orujo de la fachada sur de la ciudad, protegida por la Unesco. Las negociaciones saltaron por los aires, tras avances en las conversaciones, y, ayer mismo, el empresario acusó al alcalde, Leocadio Marín, de "torpeza y prepotencia" y de dañar con su actitud "a todo el pueblo de Baeza". Por su parte, el regidor le echa en cara la "estrategia" de "insinuar un interés personal" de perjudicar esta industria. Mientras, ayer, la fábrica continuaba su actividad y generaba humos.