La operación “Triunfal” cierra 22 puntos negros de venta de droga
Suma y sigue. Ya lo advirtió el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, cuando, el 12 de junio, presentó la operación “Triunfal”, la mayor redada antidroga desarrollada en la provincia en la última década: “Habrá más implicados”, explicó, entonces.

Y su profecía se ha cumplido. La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a 35 personas en el marco de esta investigación. Los nueve primeros arrestos eran miembros del conocido clan de “Los Alicantinos”, la familia de Linares-Baeza que, presuntamente, conformaba un grupo organizado que distribuía cocaína por kilos por toda la provincia. Es lo que el jefe de la Comandancia de Jaén, Luis Ortega Carmona, definió en su día como “el tronco”. Pero todo árbol tiene sus “ramas”. El grupo principal tenía una amplia cartera de clientes. Según los investigadores, el clan de “Los Alicantinos” abastecía de “farlopa” a decenas de personas en diversos municipios de la provincia. Pequeños “camellos” que, posteriormente, trataban la mercancía y la vendían “al menudeo”, multiplicando las ganancias.
La operación “Triunfal” ha acabado con sus negocios. No en vano, en el último mes, se ha producido un goteo de detenciones de pequeños narcos por todo el territorio provincial. A día de ayer, la Guardia Civil confirma que la macrorredada suma ya 35 arrestos y que, por el momento, se han desmantelado 22 puntos de venta de droga en diversas comarcas. Con estos flecos, apenas se han decomisado unos gramos de “polvo blanco” y de ínfima calidad. Sin embargo, supone un golpe extraordinario al tráfico de drogas en la provincia, pues además de descabezar al grupo principal, también se le han cortado los “tentáculos”.
La operación “Triunfal” se desencadenó en la tarde del pasado 10 de junio. Más de 150 agentes tomaron, literalmente, la Estación Linares-Baeza. Practicaron registros en viviendas y cocheras vinculadas al clan de “Los Alicantinos”. En uno de los garajes, encontraron una maleta con más de 3,5 kilos de cocaína. Los considerados cabecillas de la organización, Herminio G. H., alias “El Mini”, y su cuñado, Josué A. U., apodado “El Pechugas”, ingresaron en prisión preventiva.
También fue encarcelado Generoso R. H., un “correo” que fue interceptado un día antes de la gran redada, cuando transportaba un kilo de droga hasta la capital. Ya el día 11, por la mañana, eran detenidas otras dos personas en la capital. A una de ella, Juan G. C., considerado uno de los mejores clientes del clan, le fue decomisado más de medio kilo de “farlopa”. Desde entonces y a lo largo del último mes, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado han seguido con el rosario de arrestos vinculados a la operación “Triunfal”. Es el resultado de muchos meses de investigaciones, de vigilancias, de seguimientos y de escuchas telefónicas.
Las pesquisas comenzaron a mediados del pasado año, cuando se observó un inusual tránsito en determinadas viviendas de la Estación Linares-Baeza. La Guardia Civil y la Policía Nacional tenían en su punto de mira al clan de “Los Alicantinos”. Había indicios de que miembros de esta familia se dedicaban al tráfico de cocaína al por mayor. Sin embargo, faltaba reunir las pruebas. A los investigadores les llamó la atención que los miembros del clan vivían con un altísimo nivel de vida, en casas de lujo y con coches de alta gama. Sin embargo, a pesar de esta ostentación, no se les conocía actividad laboral alguna. Por eso, se le encargó a la Agencia Tributaria la realización de una amplia investigación patrimonial, que fue fundamental para saber cómo movían y blanqueaban el dinero obtenido con sus negocios.
La otra parte de la investigación fueron los seguimientos. Horas y horas de “tronchas” —en el argot policial, son vigilancias— y de escuchas telefónicas. El juez del caso, Ramón Artacho Melero, de Instrucción 3 de Jaén, dio permisos para pinchar los móviles a los considerados cabecillas. Fue una labor compleja, ya que cambiaban con frecuencia de número como medida de seguridad. Por eso, la investigación se fue alargando en el tiempo.
Poco a poco, los investigadores consiguieron ir completando el puzzle. Primero, encajaron las piezas que conforman el grupo central, el del clan de “Los Alicantinos”, con “El Mini” y “El Pechugas” a la cabeza. Todos cayeron en la tarde del 10 de junio. Varios días después, la Policía Nacional lograba detener a Juan G. H., alias “El Bibi”. Es hermano de Herminio y cuñado de Josué A. U., los considerados cabecillas de la organización. No llevaba droga encima, pero sí 5.000 euros, un dinero que los investigadores sospechan que podría provenir de negocios turbios.
Otro de los miembros de la banda que fue capturado poco después fue Darío S. M., alias “El Gallego”, quien consiguió eludir el cerco policial en la tarde del 10 de junio. Escondido durante días, había tratado de deshacerse de objetos que pudieran incriminarlo. Finalmente, fue localizado en una de las viviendas de La Estación, donde estaba oculto. Le encontraron unos 80 gramos de cocaína y dinero. Para los responsables de la investigación, era un importante peón, que trabajaba como “correo” y que también era el encargado de una de las áreas de negocio del clan de “Los Alicantinos”: La marihuana. En su domicilio, tenía un invernadero casero con casi 300 plantas.
Con ese arresto, se cerró la primera fase de la operación “Triunfal”, la que daba por desmantelada la organización principal. A lo largo del mes de julio, la Guardia Civil ha ido completando la segunda fase, la de detener a los clientes de la banda. Se han desmantelado 22 puntos de venta al menudeo por diversos municipios: Martos, Torredelcampo, Bailén, Cazorla... “Hay por todos sitios”, sostiene uno de los investigadores para poner de manifiesto el volumen de negocio de “Los Alicantinos”. Y todavía hay más tela que cortar. De momento, los agentes se han tomado un respiro y continuarán con las detenciones a lo largo de las próximas semanas.