La Operación Poniente deja al descubierto otro caso de corrupción

La trama que acaba de destaparse en El Ejido no puede dejar de relacionarse con Marbella, merced a los paralelismos generales que se establecen al tratarse de dos ayuntamientos y por la gravedad de las imputaciones que se investigan. Sin embargo, es obvio que las similitudes se quedan en la capa más superficial, al menos por lo que ha trascendido hasta ahora.

    22 oct 2009 / 11:25 H.

    La opinión pública se vio sorprendida esta semana por el nuevo escándalo que todavía tiene mucho por aclarar y que pone sobre las cuerdas al alcalde de ese municipio almeriense, Juan Enciso, líder del PAL. Al margen de la propia investigación, que sigue su curso, los partidos políticos como PSOE y PP se han apresurado a desvincularse completamente del principal imputado en este turbio asunto. Desde la dirección de los socialistas andaluces se precisa  que su relación con el PAL se limitó a un pacto concreto en la Diputación que ya está roto, mientras que desde las filas del PP se aclara que Arenas no fue en ningún momento “valedor” del alcalde en cuestión, sino que, al contrario, lo expulsaron del partido. Durante el día de ayer se tomó declaración a varias mujeres, familiares directas del alcalde y del interventor del Ayuntamiento de El Ejido, acusadas de blanqueo de capitales y falsedad documental, entre otros cargos.
    Como en todo, hay que dejar a los jueces que realicen su trabajo y hacer valer la presunción de inocencia de los ahora implicados de una u otra forma en la Operación Poniente. No es sano en una democracia que crezca la idea en la sociedad de que cualquier gobernante está bajo sospecha porque, pese a la imagen que estos días se percibe, la inmensa mayoría de los poderes públicos están en manos de personas honestas. Aunque es posible que ellos mismos no contribuyan, en ocasiones, a que esa realidad llegue con suficiente nitidez y credibilidad al ciudadano.