La necesidad del abrazo
Hace unos días, me encontré con una antigua amiga que hace tiempo no veía. Le pregunté cómo se encontraba y fui a darle un beso; ella enseguida me dio un abrazo prolongado, al que yo correspondí de buena gana, y al separarnos, me dijo: “Necesitaba este abrazo; hacía tiempo que no abrazaba a nadie ni me abrazaban.
” El abrazo como tal, es un gesto que nos funde con la otra persona, en una demostración de cariño, necesario y repleto de significado. Con él pareciera que abrazáramos a este mundo, tan falto de amor, de calidez, de ternura. ¡Cuántos abrazos, en forma de compañía, de escucha, de palabras llenas de cariño, de comprensión, etcétera, necesita nuestra sociedad, encerrada en sí misma, y en sus propios y diarios asuntos! Frecuentemos esta expresión afectuosa que es el abrazo, y también la caricia, en el momento preciso. Yo, particularmente, considero este gesto, como una especie de terapia, que descarga tensiones, y nos une, especial y emotivamente, con los que nos rodean.
Concepción Agustino / Jaén