La música gira diferente por los surcos del vinilo
El disco de vinilo siempre tuvo fieles defensores que ven en su sonido algo diferente al del disco compacto o CD, que lo hace especial. Cada vez, más grupos de música ofrecen sus canciones en diferentes formatos, entre ellos, el de los LP “de toda la vida”, con la intención de cubrir todas las cotas de mercado.
Quien piense que los discos de vinilo tienen los días contados se equivoca. No sólo existe en torno a ellos un “ejército” de fieles adeptos que no se dejaron engatusar por los cantos de sirena del universo digital, sino que, además, cada día se le suman otros nuevos que no provienen de la añoranza del revival, sino que son jóvenes que han echado los dientes en un hábitat cibernético y se fascinan con las “viejas” tecnologías. Un botón de muestra es la gran afluencia, no sólo de coleccionistas, sino de un público variopinto, que acude a ferias de discos, como la que cada año se celebra en el hotel Condestable Iranzo de Jaén, donde la próxima cita programada es el 15 de marzo.
Ahora, quien padece los estertores de la muerte es el CD, sobre el que pende, no ya la espada, sino la “puntilla” de Damocles, y su efímera dinastía parece tener los días contados. Así lo pone de manifiesto José Antonio Morales, propietario de Discos Pioneros en Jaén, quien asegura que el polvo al polvo se lo están dando, al alimón, la piratería que navega por los mares de internet y los formatos digitales. “Esto, ha provocado —asegura— que cierren muchas tiendas de discos y, los que resistimos, nos refugiamos en los videojuegos y otros productos para poder sobrevivir”. Desde su experiencia, José Antonio Morales considera que la vuelta al vinilo es una especie de “moda nostálgica minoritaria”. Aunque reconoce que los defensores del disco de surcos llegan también de otros frentes. “Hay gente joven que ve en el vinilo una forma de reivindicar algo diferente y se sube a ese carro”, precisa.
Pero lo curioso del caso es que los más jóvenes, de los nuevos entusiastas del microsurco, no buscan los discos de las viejas glorias, sino que compran los LP que editan grupos del momento, coetáneos suyos.
Sea como fuere, cada vez hay más cantantes y bandas que retornan al LP clásico, movidos, al parecer, por un objetivo comercial. Las novedades en microsurco abundan. Grupos como RadioHead, Amy Winehouse, Bumbury o su grupo Héroes del Silencio tocan todos los formatos, e incluyen en el disco de vinilo algunas canciones inéditas para estimular las ventas entre su cohorte de seguidores. La revista especializada en música “Tipo”, ilustra su última portada (número 205, de 2009) con una fotografía de la “reina” del heavy-metal, Doro Pesch. La cantante, es decir, su compañía de discos, ofrece, entre diferentes packs, un LP de vinilo con diez temas inéditos, al módico precio de 19,99 euros. También hay cantantes, como la islandesa Björk, que ha editado su último trabajo únicamente en un LP de vinilo.
tocadiscos. Este revival del LP llega acompañado de una modernidad que ha supuesto una revolución en los platos giradiscos. Los tocadiscos de ahora son ultramodernos y sofisticados. Realmente se han adaptado a los tiempos y, prácticamente, todos tienen una salida USB que permite conectarlos al ordenador y ofrecen la posibilidad de digitalizar la música de un disco de vinilo. Miguel Ángel Crespo Fernández, de la tienda de equipos de música Kmar, de Jaén, comenta que la venta de platos giradiscos siempre se ha mantenido: “Hay quien los compra para meter en el ordenador los discos de vinilo, porque les gusta su sonido”.
Manuel Bautista Zafra
Coleccionista“El disco da más calidad de sonido que el CD”
—¿Qué ve usted en un disco tradicional de vinilo?
—Para mí, el disco de vinilo da más calidad de sonido y me gusta más que el CD, porque se oye muy parecido a como oímos en la vida cotidiana. Tengo entendido que el vinilo reproduce el sonido en forma de onda y el CD lo hace escalonado, en pequeños cortes, pero eso no suele apreciarse.
—¿Qué otras diferencias ve?
—El vinilo graba en ondas. La pega que tiene es que, aunque sea un disco nuevo, siempre se oye el chisporroteo de pasar la aguja.
—Muchos coleccionistas compran LPs y luego los pasan a CD. ¿Usted también lo hace?
—Sí, pero siempre pierden calidad por el ruido que hace el paso de la aguja. Cuando me gusta mucho un disco en vinilo y lo veo en CD, lo compro. De todas formas, tengo un tocadiscos que viene con un puerto USB que me permite digitalizar los discos de vinilo. Me lo compré para pasar los vinilos a CD, pero, la verdad, es que he pasado poquísimos.
—¿Cuántos ejemplares integran su colección de discos de vinilo?
—Tengo unos 2.500 LP, unos 600 singles y más de 2.000 CD.
—¿Qué tipo de música tiene?
—De todo. Bueno, matizo, de flamenco no tengo nada porque no me gusta, y de algún otro estilo, tampoco. Tengo mucha música de los años 70 y 80, sobre todo pop y rock. Pero hay gente que tiene muchos más discos que yo.
—¿Cuando compró su primer disco de vinilo o long play?
—Cuando empecé a trabajar. Tendría 22 o 23 años. Recuerdo que el primer disco LP lo compré en La Carrera, en una tienda que se llamaba Taisa. Era de Joe Cocker, aunque no recuerdo ahora el título. Pero mucho antes venía comprando singles.
—¿Suele acudir a ferias de discos?
—Sí. Todos los años hacen alguna en Jaén. Suelen hacerla en el hotel Condestable Iranzo y, últimamente, en la explanada del Carrefour. Suelo comprar de grupos o cantantes españoles, concretamente de gente que, en un momento dado, se dedicó a la música, grabó un disco y ya no se escuchó más de ellos.
—¿Como cuáles?
—Por ejemplo, Marisa Medina.
—¿Le gusta la canción española?
—Menos. Lo que realmente me gusta es la música en inglés, aunque no soy acérrimo de ningún grupo en particular. No obstante, tengo varios cantantes que son mis favoritos.
—¿Cuáles?
—Joe Cocker me gusta mucho. Una tal Carmel me encanta, y fui a Málaga a verla actuar. También me gustan mucho los Kronos que cantan al estilo de Fran Sinatra.
Ignacio Frías / Jaén