La muerte sorprende a una mujer en la piscina cubierta

Nada hacía presagiar, a primera hora de la mañana, el suceso que conmocionaría a cuantos linarenses se encontraban en la piscina municipal cubierta. En uno de los programas de mantenimiento que se tiene en marcha en estas instalaciones, una de las participantes, de unos 58 años de edad, avisó al personal del servicio de socorrismo de que no se encontraba bien.

12 nov 2015 / 20:59 H.

Al parecer, según explican desde la empresa mixta Linaqua, que es la encargada de la gestión de las instalaciones, ya llegó “ligeramente indispuesta”, aunque comenzó su programa con normalidad. Pero, al poco tiempo, tuvo que salir del agua ya que su estado, lejos de mejorar, empeoraba por momentos, por lo que la trasladaron hasta la zona del botiquín. A pesar de la atención prestada en un primer momento por los monitores que se encontraban en la piscina cubierta, al ver que no conseguían ningún tipo de avance en su mejoría, alertaron a los servicios sanitarios del 061 y al 112 de la indisposición de la mujer. El aviso llegó a la central sobre las diez y media de la mañana, según el 112.

Tres ambulancias se personaron rápidamente en la Avenida de Jaime I El Conquistador, donde se encuentra el complejo deportivo, además de miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local. Tal despliegue generó una gran expectación entre las personas que pasaban por la zona o que salían de la misma piscina cubierta ajenas a lo que había ocurrido en el interior. Pero los servicios sanitarios ya no pudieron hacer nada por salvar su vida. Poco después llegó la Policía Judicial y el forense para certificar el fallecimiento. Con respecto a las causas, todo apunta a que se pudo tratar de un infarto de miocardio. Será la autopsia la que determine la causa del fallecimiento. Poco antes de las dos de la tarde, abandonaron las instalaciones los agentes de la Policía Judicial y se procedió al levantamiento del cadáver. En todo momento, en la piscina municipal cubierta estuvieron también responsables de Linaqua: “Llevaba con nosotros tan sólo tres días, por lo que apenas la conocíamos. No era de nuestras abonadas habituales, pero ha sido un palo muy duro”, explican.

Tras sacarla del agua, los monitores trasladaron a la mujer a la zona de botiquín para atenderla. El mismo cursillo en el que la víctima participaba continuó en un principio. Pero, se adelantó el final, y las clases de las once de la mañana y las posteriores se suspendieron ante la gravedad del suceso y para no alarmar a las personas que ya se encontraban dispuestas a iniciar sus clases. Sobre las once y media de la mañana se cerraron las instalaciones para facilitar la labor de los sanitarios, los policías y el forense. En un principio, el personal del centro colocó un cartel en la puerta exterior en el que se avisaba a los usuarios de la piscina que permanecería cerrada el resto de la jornada.
Muchos fueron los que volvieron sobre sus pasos al leerlo y otros tantos los que se preguntaban qué había pasado para que no se realizara la actividad con normalidad. Finalmente, sobre las dos de la tarde terminaron todas las gestiones que son habituales, rutinarias y necesarias en este tipo de casos, y se decidió abrir por la tarde, a las cuatro, con toda la normalidad posible.