La misericordia divina

Concepción Agustino Rueda/Desde Jaén. En el año 2000, Juan Pablo II estableció en segundo Domingo de Pascua, como Domingo de la Misericordia Divina. En este tiempo ensombrecido y desesperanzado, hemos de confiar, especialmente, en la misericordia de Jesucristo.

    29 may 2012 / 15:17 H.

    Él, con sus brazos extendidos, y su corazón abierto de par en par, nos dice en uno de los mensajes que confió a Santa Faustina Kowalska: “El cielo y la Tierra volverán a la nada, antes que deje de abrazar a un alma confiada”, para que su misericordia fuera conocida y propagada “en todo el mundo y a toda criatura humana”. Podemos ser escépticos en muchas cuestiones, pero no en el amor y en la compasión de Cristo por nosotros y en sus firmes promesas. Cuando el sufrimiento nos atenace y la duda nos zarandee, cuando nos sintamos impotentes, debe aumentar nuestra confianza en su bondad y misericordia ilimitadas, ante las que hemos de abandonarnos como un niño en los brazos paternos.