La “minicárcel” para presos de tercer grado cae en el olvido

Jaén tiene el dudoso honor de ser la única provincia andaluza que no cuenta con un Centro de Inserción Social (CIS), una especie de “minicárcel” destinada a favorecer la integración de los reclusos que están a punto de terminar sus condenas. Todos los intentos del actual equipo directivo de la cárcel jiennense por retomar el proyecto han chocado contra el “muro” de la falta de presupuesto: “No hay novedades al respecto”, contestó el director del Centro Penitenciario, Juan Mesa, tras reunirse con el alcalde. En su primer discurso oficial, pronunciado cuando tomó posesión en marzo de 2013, el responsable de la prisión hizo hincapié en la necesidad de construir el CIS para facilitar que la población reclusa pueda integrarse sin problemas a la sociedad. Su petición cayó en saco roto, pese a la respuesta lanzada por el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, quien prometió “rescatar” esta infraestructura.

19 jun 2015 / 10:05 H.


La “minicárcel” para presos de tercer grado se planteó por primera vez el 20 de mayo de 2009. El entonces director del Centro Penitenciario de Jaén, Manuel Martínez Cano, se reunió con el anterior representante del Ejecutivo en la provincia, el socialista Fernando Calahorro. Entonces, se anunció “a bombo y platillo” que se iba a construir un módulo separado de la propia prisión, en el que los presos en régimen de tercer grado solo acudirían para dormir.
No obstante, de las palabras a las obras hay un trecho que, en ocasiones es largo, muy largo. Al principio, el principal escollo era que el Ayuntamiento de la capital tenía que facilitar una parcela de entre 5.000 y 8.000 metros cuadrados para ubicar el CIS. El equipo de Gobierno, dirigido por Carmen Peñalver, ofreció varios terrenos. Incluso, técnicos de Instituciones Penitenciarias llegaron a inspeccionarlos. Sin embargo, nada fructificó y el proyecto se perdió en el cajón de las Administraciones.
En octubre de 2011, hubo una nueva intentona para sacar el proyecto del olvido. El entonces director de la cárcel se reunió con José Enrique Fernández de Moya, que llevaba apenas unos meses como alcalde. El tema estrella de conversación fue el CIS. El regidor se comprometió a ceder una parcela en el entorno de Vaciacostales.
Sin embargo, la profunda crisis económica hizo que la “minicárcel” volviera al cajón de los proyectos paralizados. No hay dinero para nuevas infraestructuras y tampoco se han convocado, en los últimos ejercicios, oposiciones para funcionarios con plazas suficientes como para poder atender los hipotéticos nuevos centros. En el proyecto inicial, se hablaba de una plantilla de 40 trabajadores y un subdirector para el futuro CIS de Jaén. Y ese escenario propició que la “minicárcel” fuera paralizada. “Nosotros hemos insistido en que es necesario construirla, pero no es una decisión que esté entre nuestras competencias”, sostiene Juan Mesa.
Las previsiones iniciales eran poner en marcha un CIS con 50 habitaciones para otros tantos internos. El objetivo que se perseguía era favorecer la integración social y laboral de aquellos presos que hayan alcanzado el tercer grado. Por ello, se buscaba una parcela cercana al propio Centro Penitenciario. En los distintos módulos, los internos realizarían actividades de formación e inserción con vistas al momento en que recobrasen su libertad y tuvieran que rehacer sus vidas en la calle. El proyecto, por ahora, sigue en “stand by”.