La mentira de Salvados

 Conocido era que tras la historia de Mari Carmen, pensionista y con un hijo en el paro, estaba una actriz que interpretó muy bien su papel de madre desquiciada que había lavado un décimo premiado y lo había reducido a cachos. Los reportajes sobre el caso tuvieron un papel destacado en informativos, programas de radio y prensa. El “lado humano” que tanto buscamos los medios se ofrecía fácil a un paso de micrófonos, cámaras y grabadoras.

Un testimonio de tristeza que en medio de tanta alegría conmovió a la audiencia. Todo falso. La gamberrada salió perfecta y los medios quedamos ridiculizados momentáneamente y la audiencia fue engañada. “La guerra de los decimundos” aportó dos historias falsas más que tuvieron desigual eco mediático, pero para este espectador miope el programa de humor, como tal, fracasó y eso que las anteriores entregas de “Salvados” brillaron a gran altura. Si lo que se pretendía era demostrar que los medios propagamos mentiras, sólo era necesario tirar de vídeoteca y pinchar las declaraciones de cualquier político de turno. Y sin ser corporativista, en esta ocasión, creo que tampoco da para un debate sobre los métodos del periodismo.