La marea social

Eduardo M ORTEGA MARTíN desde GRANADA. Nunca hubo en España, tanta marea social y tantas redes sociales activas como ahora, y nunca como hoy los medios de comunicación han tenido tanto poder y a la vez tanta vigilancia, para ver donde comunicarse. A la mas mínima de cambio que se tercie te puedes encontrar o con una brigada de los grupos de intervenciones especiales, o con la amenaza de una querella de cualquier vecino.

    22 ene 2014 / 17:45 H.

    La marea social, está en la calle, y protesta por la corrupción, por los errores políticos, porque sube la luz, porque hay reformas día sí y día no, etcétera. La ciudadanía como es lógico repatea los montes y las calles, ya sea en Burgos, Melilla, Barcelona, Galicia, por los cuatro puntos cardinales, sin olvidar el centro de Madrid. Lo peor de todo es que estos políticos nuestros, en general, y salvo excepciones, desde el sillón no escuchan bien tienen una hipoacusia auditiva crónica, y sólo miran el nivel del presupuesto y poco mas allá de sus análisis contables que observan gafas en ristre montadas en las narices. Por favor, a ver si de una vez por todas no nos cargamos el poco Estado del Bienestar que nos queda, y se escucha a todo el mundo. También ya es hora de crear mas empleo y dar menos peces y mas cañas. Una España subsidiada, adormecida en la ayuda social y en la necesidad, con una carestía de vida grande, y una economía sumergida potente, (que no cuenta en las cifras macroeconómicas) donde los delincuentes pocas veces se reinsertan, los políticos rara vez van a la cárcel, todo ello hace un caldo de cultivo complejo y a la vez agridulce. Esta marea social es la voz del pueblo que se expande en las calles y plazas y que exige sus derechos que cada día le van despojando. Por cierto no es lo mismo pedir recortes a un pobre, que a un rico, que a alguien de clase media. La vida está cara, ¡qué cara está la vida! ¿Somos acaso todos iguales a la hora de afrontar el futuro, o simplemente de poder vivir cada día con dignidad? Pero sin bastantes medios, sin bienestar, con menos derechos ¿se puede ser mas libre?