La marca España

A menudo aparecen en los medios de comunicación noticias relacionadas con la marca España, y no sé muy bien en qué consiste, pero creo que le voy a dar la patada a mis marcas de toda la vida para incorporar a mis alacenas los productos de esta nueva empresa roja y amarilla, el problema es que he estado buscando en el supermercado del barrio y no he encontrado nada todavía, pero todo llegará, espero.

    06 feb 2014 / 16:42 H.

      En cualquier caso me parece una estupenda iniciativa, es mejor que España sea una marca en lugar de “una unidad de destino” o “una, grande, libre, patria” como en épocas pretéritas.  Y además es lo que toca, en estos tiempos de economía globalizada.  Aunque no deja de tener su gracia que nuestra orgullosa España, heredera de un linaje de alcurnia y abolengo aristocrático, se vea abocada a llevar publicidad en su camiseta como si de una deportista mediática se tratase.  En fin, como nuestros gobernantes son muy sabios, imagino que las modificaciones las irán introduciendo poco a poco para no generar alarma social, y es de esperar que hasta dentro de unas temporadas no transformarán el parlamento de la nación en una asamblea de accionistas, o el consejo de ministros en el necesario consejo de administración, y pasará más tiempo aún antes de que sustituyan nuestro himno nacional por una sintonía pegadiza que quede bien en los anuncios.  El caso es que nuestra patria, pionera conquistadora de nuevos mundos, se lanza ahora al descubrimiento y colonización de nuevos mercados, pero en lugar de expandir la sagrada misión civilizadora, ahora se trata de dar a conocer las bondades de nuestra patriótica marca, pues aunque algunos creíamos que en las administraciones políticas capitalistas, las instituciones públicas tenían escaso margen decisorio y los que realmente partían el bacalao eran las grandes empresas y las multinacionales, resulta que pronto serán los países los que se van a transformar en marcas comerciales, de modo que posiblemente los mapamundis del futuro sean algo parecido a los planos de unos grandes almacenes globales.

    Tomás Afán es dramaturgo