La "maquinita" de la felicidad

Una “maquinita” trajo la felicidad del Sorteo de Navidad a la capital, que se plasmó en tres décimos que se vendieron en una tienda multiservicios del barrio de Las Fuentezuelas y en la Administración número 10, que está en el Gran Eje. La ciudad se queda con 375.000 euros gracias a esos “aparatitos” que sacan quinielas, bonolotos y primitivas. Expendieron tres números del 92845 que, después de que los cantaran los niños de San Ildefonso —pasado el mediodía— se pagan a 125.000 euros.

23 dic 2014 / 09:26 H.

Pasada la una y media de la tarde, llegaba María Jesús Paulano a una tienda multiservicios que hay en el número 1 de la calle Fuente del Peral, en el barrio de Las Fuentezuelas. Allí la esperaba un aluvión de amigos y curiosos, que la recibieron con una fuerte ovación y, después, con un “mar” de besos. “Estaba mirándole alguna ropita para mis niños cuando me ha sonado el teléfono y me han dicho que me había tocado”, decía. A los cinco minutos, apareció también su marido, Javier Castillo. Lleva un forro polar serigrafiado por “Don Lamparón”. “Ni siquiera estaba siguiendo el sorteo. Me han llamado y me lo han dicho”, comentaba lleno de emoción. Asimismo, continuaba: “Vi que sonaba el móvil. Lo cogí y era mi hermano. ¡Qué alegría cuando me dijo que me había tocado!”, recuerda con emoción. Javier Castillo le dio un gran beso de en los labios a su mujer, María Jesús Paulano. Estaba cargado de emoción. Llevan una de los dos décimos que expendió la “maquinita” del número 1 de la calle Fuente del Peral. “Todavía no sabemos lo que vamos a hacer con el dinero”, comenta Javier Castillo.

Mientras, su mujer reconocía que le vendrá genial. Trabaja en la empresa de limpieza Pilsa. Se le ve, los fines de semana, afanada en la limpieza de Carrefour. No obstante, los 125.000 euros del segundo premio no son solo para Javier Castillo y María Jesús Paulano. “Llevo el décimo a medias con mi amiga Lourdes”, decía ella. No quiso dar apellidos ni más señas de ella. Tampoco apareció por la tienda multiservicios que tiene la “maquinita” que dio la suerte.

“Nos conocemos desde que teníamos doce años. Es mi gran amiga de toda la vida. Jugábamos de pequeñas en el barrio de La Glorieta y ahora nos toca compartir la fortuna”, aclaraba María Jesús Paulano. Sin embargo, el aparato expendedor de la tienda multiservicios dio dos décimos agraciados. Uno fue el de Javier Castillo y María Jesús Paulano, que comparten con su amiga Lourdes.

Sin embargo, el otro no estaba del todo claro. La tienda multiservicios de Fuente del Peral —está en el mismo edificio en el que se cometió el conocido como “Crimen de las Fuentezuelas” el 31 de enero de 2013— vende diversos productos. Hay chucherías, refrescos, género de aseo, papelería y, también, mucha fortuna. María del Pilar Muñoz Pérez y su madre, Carmen Pérez, son las que están detrás del mostrador. “Estamos muy contentas. Llevamos 9 años vendiendo décimos y ha tocado el premio”, decía María del Pilar Muñoz. Su padre, Miguel Muñoz, llegó poco después “loco” de contento. Se puso también la camiseta que dejaba claro que su tienda había dado el segundo premio del Sorteo Extraordinario de Navidad. “Para que luego digan que los décimos que salen de la máquina no tocan. Pues aquí está la prueba”, argumentaba lleno de alegría.

Sacó la sidra, la movió con fuerza y la descorchó entre los aplausos de los vecinos. No obstante, Miguel Muñoz —un expolicía que se lanzó a la aventura de emprender su negocio en el barrio— puede que tuviera el otro décimo afortunado. “No lo sé seguro porque tengo muchos en la casa y no he subido. Llevo diez o doce. Lo tengo que mirar, pero puede que sí”, decía Miguel Muñoz a Diario JAÉN.

Mientras, sus vecinos le preguntaban si había sido uno de los dos agraciados. Él le decía lo mismo: “Es posible, tengo que mirarlo”. Puede que la fortuna le sonriera a él también porque es familia de los otros dos agraciados y resulta bastante probable que los dos números se expendieran a la par. El otro “boleto” agraciado se vendió en la Administración número 10, que está situada en la Avenida de Andalucía 36. También se dio “por terminal”, según precisa Gloria Ogáyar.