La luz de la fe
Desde Jaén. La encíclica “Lumen fidei”, “La Luz de la fe”, es una carta que combina teología y temas de actualidad, lleva el sello personal de dos papas, Benedicto XVI y Francisco. Es un texto de gran optimismo y esperanza, invita a dejar que la fe “ilumine toda la existencia de las personas”. Dice que “la fe hace fuertes los lazos entre los hombres” y que está “al servicio concreto de la justicia, el derecho y la paz”. Porque “la fe en Jesucristo es un bien para el hombre, un bien para todos, un bien común, un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres”.
El Papa explica que, como en la vida diaria, confiamos en “la gente que sabe las cosas mejor que nosotros” —el arquitecto, el farmacéutico, el abogado—, también en la fe necesitamos a alguien que sea fiable y experto en “las cosas de Dios” y Jesús es “aquel que nos explica a Dios.” Subraya el vínculo entre fe y amor, entendido no como “un sentimiento que va y viene”. Por eso “amor y verdad no se pueden separar”, porque “sólo el verdadero amor resiste la prueba del tiempo y se convierte en fuente de conocimiento”. También se refiere en ella a la forma de cuidar y respetar la naturaleza; de la necesidad del perdón, para superar los conflictos; de la aceptación del sufrimiento y la muerte, que sin poder eliminarse, se pueden afrontar con la serenidad y confianza de la fe. Porque “al tratarse de una luz, la fe nos invita a adentrarnos en ella, a explorar cada vez más los horizontes que ilumina, para conocer mejor lo que amamos”.
Plácido Cabrera Ibáñez