La Loma y Mágina bajo la tormenta
José Rodríguez Cámara/Cabra/Baeza
Unos cincuenta litros de agua descargaron en Baeza y causó inundaciones. Protección Civil y los Servicios Municipales tuvieron que emplearse a fondo para atender las llamadas recibidas. En Cabra, hubo corrimiento de tierras en las carreteras de acceso al pueblo donde descargó una tremenda granizada.
Unos cincuenta litros de agua descargaron en Baeza y causó inundaciones. Protección Civil y los Servicios Municipales tuvieron que emplearse a fondo para atender las llamadas recibidas. En Cabra, hubo corrimiento de tierras en las carreteras de acceso al pueblo donde descargó una tremenda granizada.
Los treinta y cinco voluntarios de Protección Civil de Baeza, que iban a participar en un curso organizado por la Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento, recibieron una lección práctica de cómo obrar ante un fenómeno metereológico adverso, una fuerte tormenta. Las clases iban a comenzar a las seis, pero, a partir de las cuatro y media de la tarde, comenzó a descargar un fuerte aguacero, unos cincuenta litros según fuentes municipales, que generaron unas veinticinco incidencias, en el casco urbano de la ciudad Patrimonio de la Humanidad, y en el anejo de La Yedra.
Los problemas se centraron en el barrio de la Trinidad, donde se inundaron algunos bajos y portales y se colapsaron algunas de las alcantarillas; también hubo algunos problemas en el centro, al entrar agua en algunos locales comerciales de los portales de la Plaza de España. Los vehículos de emergencia y las bombas de achique también fueron necesarias en zonas como la Avenida de Perú o el Camino Viejo de Rus, en la salida del municipio hacia el anejo de La Yedra. En esta pedanía, a medio camino entre Baeza y Úbeda, se vino abajo el muro trasero de una vivienda. Fue en la calle El Valle, donde ya hubo inundaciones a principios del mes de mayo. Se decidió, por precaución, desalojar a las ocho personas residentes en esta vía. En el vecino municipio de Ibros, donde las crecidas de los arroyos en Baeza causan inundaciones, como ocurrió hace un mes, ayer, al cierre de esta edición, no se habían registrado problemas, también los hubo en Canena y Rus, en la misma zona de la provincia.
En Mágina, las precipitaciones también fueron abundantes y, en uno de los puntos que más lo notaron fue en Cabra del Santo Cristo, donde descargaron unos cincuenta litros de agua. El momento de más miedo para los vecinos, como explicó el alcalde, José Rubio, llegó sobre las dos y media de la tarde. Una fortísima granizada alteró la tranquila jornada. El pedrisco atoró los desagües de unas cuarenta casas del municipio y, al no irse por el alcantarillado, el agua inundó los últimos pisos de las viviendas o los bajos, cuando entró por los patios. También hubo pérdidas en un local, donde el género resultó afectado por las fuertes lluvias. El Ayuntamiento también informó de que muchas zonas verdes quedaron destrozadas por la tormenta, al igual que olivares del término cabreño. Aunque los daños eran visibles a primera vista, a partir de hoy, esperaban comenzar a evaluar los desperfectos de una forma más exhaustiva, como precisó el alcalde. En la carretera de acceso a Cabra, una comarcal que conecta con la autonómica que va de Úbeda a Iznalloz, fue necesario que equipos de mantenimiento retiraran las piedras y el barro que arrastró el fuerte aguacero.
En Vilches, sobre las cinco de la tarde, se registraron, en apenas veinte minutos, unos cuatro litros de agua. Algunos puntos de la red de alcantarillado no pudieron resistir el intenso caudal. Carreteras de la red comarcal, como las que unen Vilches con Arquillos y Linares, caminos de la red pecuaria, garajes y bajos comerciales también sufrieron los efectos de la tromba. Pero lo más destacado fue la interrupción temporal del servicio ferroviario en la línea Madrid–Sevilla, por los corrimientos de tierra y grava, que afectaron al kilómetro 260.
Personal de la Administradora de Infraestructuras Ferroviarias, ADIF, comenzaron a trabajar para restablecer el tráfico ferroviario, en torno a las ocho de la tarde. Al cierre de esta edición, las labores continuaban. El primero de los trenes en quedar bloqueado fue el Talgo que une la capital de España y Almería. Los viajeros tuvieron que echar pie a tierra en la estación vilcheña para, desde allí, ser trasladados en autobús a Linares-Baeza. En el pueblo, mientras tanto, la Policía Local y la brigada de Obras y Servicios del Ayuntamiento atendían los avisos por problemas en la calle Molera o en la Casa de la Cultura o el Guadalinfo, que fueron cerrados. Informa Andrés Torres.