La lluvia obliga a recoger 'a ratos' y complica el pago de los jornales

Enrique Alonso /Jaén
La gente del campo asegura que más que llover, lo que hace el cielo es 'guarrear'. El agua que dejan las nubes traen de cabeza a miles de olivareros y jornaleros, ya que ajustar lo que se debe de cobrar por ir al tajo no es sencillo. En teoría, sobra con leer el convenio, aunque en la práctica es más difícil.

    11 feb 2010 / 11:48 H.

    El Observatorio Meteorológico de Andalucía revela que ayer cayeron sólo 4,6 litros por metro cuadrado hasta las nueve de la noche. Muy poca agua para el desbarajuste que creó en las cuadrillas de jornaleros, en el tajo cuando comenzó a gotear e, incluso, en las fábricas de aceite de oliva. Además, no es algo nuevo, ya que el martes sólo llovió 10 litros por metro cuadrado y el lunes, no llegó a los 8 en la provincia. Por ello, la mayoría de los oleicultores recogen “a ratos” y acumulan días en los que han salido a faenar y se han tenido que volver porque el agua no les dejaba. Sin embargo, esto causa serios problemas a la hora de regular las relaciones laborales y, concretamente, para establecer el precio del jornal. El Convenio del Campo dice que un jornalero que empieza a trabajar ya tiene derecho a medio jornal, aunque varee dos olivos y se tenga que marchar. Si pasa las tres horas y comienza a llover, se le ha de abonar como si trabajara las seis horas y media en el tajo.

    acuerdos privados. Pero el excedente de mano de obra y las particulares relaciones laborales del campo hacen que, en la práctica, no sea así, lo que ocasiona quejas de los trabajadores, que aseguran que se les quiere pagar por horas. Por ello, a la hora de salir, los agricultores se lo piensan mucho y, en caso de lluvia, esperan para no tener que pagar. También hay otros casos en los que intentan llegar a un trato con los jornaleros, en los que se fija el precio del salario según la hora en la que comience a llover. El secretario de la Federación de Trabajadores Agroalimentarios (FTA) de UGT en Jaén, Antonio Marcos, afirma que en las fábricas de aceite existen muchos problemas. El sindicato anuncia que pondrá en conocimiento de la Inspección Laboral que los trabajadores de las cooperativas y almazaras realizan jornadas de hasta 16 horas para molturar el aluvión de aceituna que les llega los días en los que no llueve y los jornaleros se “tiran” al campo. Dice que, además de que es un tiempo exagerado, no se les paga como horas extra, sino como normales. En el campo se conoce como “hacer jornales las horas trabajadas”.

    El sindicato explica que el convenio establece que, cuando llueve, los trabajadores de la fábrica tienen que acudir dos días a trabajar, como mínimo. Al tercero, si llueve también, se marchan a casa y cobran un mínimo de 12 euros. Pero, en esta campaña, muchas empresas no lo cumplen.