La leyenda de la San Ginés

Hace varios días España lloraba la pérdida de uno de los empresarios más importantes a nivel nacional y que más prestigio cogió desde que se introdujo en el mundo del comercio hasta la fecha de su fallecimiento. Esta gran persona, ajena a las cámaras, y querida por muchas personas, fue Isidoro Álvarez. Al ya ex presidente de El Corte Inglés, le ofrecieron una misa en su honor en la Iglesia de San Ginés, Madrid. Donde sus familiares, vecinos y trabajadores de este gran almacén pudieron acercarse a darle el último adiós. Pero lo que no sabían es que su cuerpo y alma descansaba al lado de un “caimán”. Me explico. La leyenda se remonta a la época de los Reyes Católicos, en 1499, cuando Alonso de Montalban, emprendió un viaje a las Indias; en el transcurso de esta expedición, un caimán se les puso por medio y enfrentó a estos conquistadores españoles que, al ver que no podían luchar con el terrible animal, se pusieron de rodillas y empezaron a rezar a la Virgen para que les salvara. La historia cuenta que la Virgen apareció en una rama de un árbol que cayó encima del caimán y lo mató. A su llegada, Montalbán decidió construir una capilla en la Iglesia de San Ginés, y a sus pies colocó el animal disecado a modo de exvoto y los madrileños empezaron a conocer como “La Capilla del Lagarto”.

    19 sep 2014 / 10:03 H.