La Justicia pide cuentas al más joven del clan de los Carmona
Rafael Abolafia / Jaén
Hace medio año, la capital sufrió la peor oleada de atracos a bancos desde los años 80. La Policía achacó la mayoría de los golpes a los Carmona, un clan de raíces jiennenses afincado en Cádiz. El más joven de la banda se enfrenta ahora a tres años de internamiento en un centro de menores.

Hace medio año, la capital sufrió la peor oleada de atracos a bancos desde los años 80. La Policía achacó la mayoría de los golpes a los Carmona, un clan de raíces jiennenses afincado en Cádiz. El más joven de la banda se enfrenta ahora a tres años de internamiento en un centro de menores.
El patriarca del clan, Antonio C. M., dijo a los agentes que lo detuvieron a principios de año que su Antonio “es un crack” en el negocio que la familia ha cultivado generación tras generación: el robo a mano armada. No le falta razón, pues Antonio C. V., con tan sólo 17 años, está destinado a repetir el historial de su progenitor, plagado de antecedentes penales, estancias en la cárcel y, en los últimos tiempos, una larga serie de robos perpetrados con la ayuda de su actual compañera sentimental y su prole de cuatro hijos. De hecho, la Policía achaca al “clan de los Carmona” dieciséis atracos en Cádiz y otros cuatro en Jaén, cometidos desde octubre de 2009 a enero de 2010.
La Justicia de Menores, más rápida que la ordinaria, ya pide cuentas al más joven de la familia. La Fiscalía reclama que Antonio C. V. cumpla tres años de internamiento en un centro especializado por los cuatro asaltos a bancos cometidos en la provincia.
La banda, liderada por el patriarca, residía en una urbanización de lujo de Jerez, según desveló la investigación policial. Desde ahí, presuntamente, perpetró todos los golpes en la provincia gaditana. Cuando el jefe notó que los bancos de Cádiz ya estaban demasiado vigilados, decidió cambiar de objetivo y volvió a Jaén, la tierra donde nació.
La Policía dice que el padre era el director de orquesta: él mismo, con pasamontañas y pistola, entraba a los bancos. El arma, según comprobaron los investigadores, era de fogueo, aunque réplica exacta de una real. Siempre iba acompañado por alguno de sus hijos. Antonio, el benjamín de la familia y el que se lleva todos los elogios de su padre, se autoinculpó de todos los atracos, según explican fuentes cercanas al caso.
Así lo ha reflejado la Fiscalía de Menores, quien asegura que el chico participó en los cuatro robos a mano armada que se registraron en Jaén en apenas veinte días. El primero fue el 14 de septiembre en una sucursal de la Caja de Jaén en las inmediaciones del Seminario. El botín fue de 7.200 euros, que consiguieron tras encerrar a clientes y empleados en una habitación. Después, se dieron a la fuga a los mandos de un coche.
El último día del año, Antonio C. V. también tomó parte en el segundo atraco, registrado en la oficina que CajaSur tiene en la Avenida de Barcelona. Se llevaron 4.500 euros. Apenas cinco días después, el más joven de los Carmona tuvo doble sesión, según siempre el relato de la Fiscalía. Atracó una Caja Rural, en Torredonjimeno¡, y no logró llevarse ni un euro. Eso sí, golpeó con la culata de la pistola que llevaba a un empleado, al que causó lesiones leves. Esa misma mañana del 5 de enero, se desplazó a la capital y, presuntamente, firmó su atraco más provechoso, al llevarse 30.600 euros de la sucursal de Cajasol en la Avenida García Triviño.
La andadura de Antonio, como la de toda su familia, terminó el 18 de enero, cuando la Policía los detuvo en su casa de Jerez. Los agentes destacaron que estaban muy bien organizados y que trabajaban con profesionalidad. Desde entonces, los mayores del clan están en prisión y el más joven pasa sus días en un centro de menores a la espera de juicio y pagando por delitos contra el patrimonio por los que fue condenado con anterioridad. Cuando vuelva a la calle, Antonio C. V. habrá cumplido los 18 y seguirá siendo el ojito derecho de su padre.