La Justicia ajusta cuentas al más joven del clan de los Carmona

Rafael Abolafia/Jaén
Hace un año, la provincia sufrió la peor oleada de atracos a bancos desde los años 80. La Policía achacó la mayoría de los golpes a los Carmona, un clan de raíces jiennenses afincado en Cádiz. La Justicia de Menores ha comenzado a ajustar cuentas al benjamín de la familia, que tenía 17 años cuando ocurrieron los hechos.

    09 feb 2011 / 11:54 H.


    Antonio, el benjamín de los Carmona, tendrá que pasar nueve meses de internamiento en un centro de menores por el intento de atraco de una sucursal de Caja Rural en Torredonjimeno. El 5 de enero de 2010, entró en la oficina armado con una pistola. Sin embargo, sonó la alarma y salió huyendo, no sin antes golpear al empleado con la culata del arma. Ayer, Antonio reconoció los hechos ante la titular del Juzgado de Menores.
    Es el primero de los cuatro procedimientos por hechos similares que todavía tiene pendientes el más joven de esta familia. El chico, ya mayor de edad, todavía tiene causas abiertas por tres robos a mano armada que se produjeron en Jaén en apenas veinte días y que, presuntamente, cometió en compañía de su padre y de sus hermanos mayores. El primero fue el 14 de septiembre, en una sucursal de la Caja de Jaén en las inmediaciones del Seminario. El botín fue de 7.200 euros, que consiguieron tras encerrar a los clientes en una  habitación. El último día de 2009, Antonio también tomó parte en el segundo atraco, registrado en la oficina que CajaSur tiene en la Avenida de Barcelona. Se llevaron 4.500 euros. Apenas cinco días después, el más joven de los Carmona tuvo doble sesión. Atracó la Caja Rural de Torredonjimeno, un golpe por el que ayer fue condenado. No se llevó ni un euro. Sin embargo, esa misma mañana, presuntamente, firmó su asalto más provechoso, al llevarse 30.600 euros de la sucursal de Cajasol en la Avenida Eduardo García Triviño de la capital. El adolescente también tiene causas pendientes en Badajoz y en Cádiz.
    Su padre, el patriarca del clan, le dijo a los agentes que lo detuvieron a principios del año pasado que su Antonio era “un crack” en el negocio que su gente ha cultivado generación tras generación: el robo a mano armada. El benjamín parece destinado a repetir el historial de su progenitor, plagado de antecedentes penales y largas estancias en prisión. Sin embargo, parece que la Justicia está logrando enderezar a Antonio. Actualmente, está interno en un centro de menores de Algeciras. Los informes técnicos sobre su comportamiento son “excelentes”, según confirma el abogado que lo asistió ayer en el juicio, Manuel Gutiérrez Collado: “Los equipos de asistencia psicosocial han confirmado que se está reinsertando”, explica el letrado, quien destaca que esos informes han pesado a la hora de que la juez y la fiscal de Menores adoptaran la medida de internar a Antonio en un centro tan solo durante nueve meses, la mitad de lo que se solicitaba inicialmente. El benjamín de los Carmona quiere demostrar que no es tan malo como lo pintan.